Capítulo 5 - Inmundo

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Resumen: Lan WangJi debe poner en orden sus prioridades: si develar el misterio que se oculta tras la identidad de esos Ancianos, o sanar el corazón de Wei Wuxian. ¿Qué tendrá más peso?

Notas: Holaaa! He vuelto con una nueva actualización, esperando que les guste!

Disfruten!

Casus Belli

Inmundo

La semana había llegado a su fin, y con ello, su estadía en la fortaleza de aquellos Ancianos en la Ciudad sin Noche. Se le había ordenado que marchara con su comitiva directo a su secta para informar de lo acontecido. Su séquito sí lideró el camino a Gusu, pero él, en cambio, su espada lo estaba guiando al otro extremo del mapa.

Lan Xichen no era alguien que quebrantara las reglas sin una buena razón.

Y luego de lo acontecido, no podía permanecer tranquilo, esperando en Cloud Recesses, como si lo anterior no hubiera sucedido. Lan Xichen no tuvo oportunidad de ver a Jin Guangyao, luego de que le dio el restaurador espiritual, él no habló en absoluto, concentrado en observar por la ventana el infértil paisaje que se dibujaba. Apenas sus labios se abrieron para vociferar, preguntar ¿por qué permitiste que tal cosa sucediera?, uno de los Ancianos le había solicitado que aguardara en el gran salón, pues su presencia ya no era requerida.

En todo el transcurso de su andar, Lan Xichen no vislumbró a su hermano. Él sabía que estaría al lado de Wei WuXian, desafiando al Anciano líder con su actitud protectora. Entendía su sentir y lo respetaba, en el fondo sabiendo que le convenía aquella pequeña distracción para que el Anciano líder no tuviera su ojo sobre él mientras volaba con gran velocidad a Bu Jing Shi.

El Reino Inmundo era un lugar que se evitaba, debido a su fama poco ortodoxa, pero Lan Xichen encontraba encantadora aquella tierra. Para ingresar a la secta Qinghe Nie, debías cruzar un bosque lleno de criaturas terroríficas, en demasía venenosas, que no dudaban en asesinar dolorosamente a sus presas. Lan Xichen se preguntaba cómo alguien del calibre de Nie Huaisang pudo sobrevivir en un lugar así.

A lo lejos, aun faltando cerca de dos de distancia, pudo divisar el espeso bosque envuelto en neblina desde la altura. Sobrevoló el lugar a una prudente distancia para que las bestias que habitaban, escondidas entre las ramas, no decidieran atacarlo en última instancia, suponiendo una molestia más que una alentadora distracción. Cruzó con velocidad la barrera que le reconoció de inmediato como un invitado regular, y rápidamente llegó al límite de la fortaleza, justo en el centro de aquel bosque interminable.

Consideró descender para presentarse correctamente, pero uno de los cultivadores centinelas dio un aviso en reconocimiento, y lanzando chispas fuliginosas al aire, le dio a entender que podía entrar sin ningún inconveniente. Lan Xichen agradeció en el fondo la pericia con la que ejecutaron su apresurada bienvenida: no tenía tiempo para presentaciones ni espera.

Descendió pronto en el terreno de entrenamiento y el centinela principal llegó con premura a su encuentro, dándole un arco respetuoso en bienvenida.

—Zewu-Jun, es un honor su presencia —saludó, con una gran sonrisa que Lan Xichen a medias correspondió.

Su intención no era ser grosero ni irrespetuoso, pero necesitaba ver a su hermano jurado lo más pronto posible. El tiempo apremiaba. Unos segundos transcurrieron, y no dudó en corresponder a la venia, sus ojos posándose sobre el gran vestíbulo de reuniones, esperando divisar una figura imponente y demandante, pero no la halló. Se giró hacia el centinela, preguntando:

Casus Belli [Hiatus Temporal por Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora