Capítulo 4 - Quebrado

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Resumen: ¿Cómo el líder de la secta Gusu Lan puede manejar el sentimiento de traición a pesar de que él también fue victima? Bueno, de la misma forma que Jiang Cheng pudo.

Notas: Holaaa gente bonita! Cómo están, espero que bien. Vengo con una nueva actualización de Casus, esperando que la encuentren de su agrado.

Y no me odien, plis ;u;

Casus Belli

Quebrado

Los días murieron con parsimonia, y transcurrieron, casi con dolor, hasta que el tercer día fue enaltecido en el cielo carmesí. Tres días, y aún era incapaz de atender el imprudente ruido que era la voz de Wei WuXian.

Esa insolente voz en un pasado lo había irritado en sobremanera, pero ahora, esa voz se perdía en sus remembranzas, siendo sustituidas por gemidos, unos alaridos que perturban su consciencia.

¿Olvidaría cómo suena la voz de Wei WuXian?

Aún no podía escucharlo, pero en su mente, él gritaba, suplicando.

Tres días había transcurrido.

Practicar la inedia era costumbre en el mundo de la cultivación.

Pues en esos tres días, sin algo líquido o sólido en su estómago, en cruenta espera ahí, meditando, frente a la pared gris que parecía burlarse de la desdicha que su cuerpo emanaba, yacía Lan WangJi, aguardando.

Esperando a que la tortura finalmente culminara.

Día y noche se pintaron en el cielo sin que Lan WangJi pudiera percatarse de ello.

Ojos cerrados y corazón marchitado, parecía que la desdicha le había agotado el llanto. Ojos cerrados, y ceño fruncido: una desviación de qi sólo podía ocurrir si su espíritu yace perturbado. ¿Lo está? No posee consciencia de ello. Él sólo sabe que, si esperó trece años, podría esperar una eternidad por ver su rostro sonriente una vez más.

—Hermano...

Había una voz sonando en la lejanía. Era una voz que conocía.

Un suspiro quebró el silencio, seguido de unos pasos dubitativos haciendo eco en el recinto. Tres días había pasado, y tres veces el Primer Jade de Lan fue a verlo. Esa era la tercera vez que volvía a llamarle "hermano".

Lan WangJi desconoce la palabra. Desconoce todo lo que no tiene que ver con Wei WuXian.

—Hermano —volvió esa voz, llena de pesar y remordimiento, a romper su silencio autoimpuesto—. Hermano, debes descansar... recuerda que dijeron una semana.

Lan WangJi no era sordo, él había escuchado bien.

—Una semana será —sentenció, la voz salió ronca, sin uso.

Un suspiro brotó del Primer Jade de Lan, suspiro que se perdió cuando ambos hermanos escucharon el chasquido ominoso tan familiar de un sello demoníaco ejecutándose para dar paso a un encanto maldito. Los ojos de Lan WangJi se abrieron de inmediato al compás que sus pies cobraban vida para incorporarse de donde anteriormente yacía sentado, en tormentosa meditación. Casi con la misma premura, el líder de la secta Gusu Lan se situó a su costado, ambos rostros llenos de sombría anticipación.

El mismo destello cárdeno se dibujó sobre la pared de piedra, transformándose pronto en una puerta que se deslizó en un siseo protervo.

Al segundo, en la interminable oscuridad que daba la cueva, dos figuras salieron, una menos compuesta que la otra.

Casus Belli [Hiatus Temporal por Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora