Hope.

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Nos conocíamos desde hace ya varios años. Específicamente desde que eramos unos niños. Por la ventana de mi habitación siempre lo veía a el jugar solo en su patio, a mi parecer el no tenia amigos.
Decidí que le comentaria a mi madre acerca de el solitario niño qué veía por mi ventana, talvez ella me podría dar alguna idea de que hacer para que el ya no estuviera solo. Baje por las escaleras de mi hogar, para buscar a mi madre, escuche sonidos qué provenian de la cocina y rápidamente me dirigí hacia allí.
¡Mamá, mamá! —Exclame llegando a su lado. Ella posó su vista sobre mi con una sonrisa pintada sobre sus labios. Supe que tenia su atención así que decidí empezar a contarle sobre el solitario niño. Mi madre se quedo callada por unos momentos antes de responder.
Deberías de ir a ofrecerle qué sean amigos, cariño. Así talvez el ya no esté sólo. — Me agradaba la idea, pero yo era un poco tímido. Los únicos amigos qué tenia era porque ellos me hablaban a mi, nunca era al revés. Aun así, asenti ante las palabras de mi madre, y regrese a mi habitación.  algunos días transcurrieron desde que le había contado a mamá sobre el niño solitario. Tuve que llenarme de valor para hablarle a aquel chico, y así fue. Había logrado convencerme a mi mismo de que debía de ir a ofrecerle mi amistad para que ya no estuviera solo, mire por mi ventana para así comprobar que el se encontrará en su patio jugando para así poder ir a hablarle, al confirmar que así era, salí de mi hogar, y me dirigí con pasos nerviosos hacia aquel niño. Cuando quede frente suyo, hice un pequeño sonido con mi garganta para que notará mi presencia, el alzó su cabeza y fijo su mirada sobre mi. Lo primero que note en el fueron sus grandes ojos color café.
-Hola, me llamo Park Jimin.- Sonreí, y espere a que el contrario se presentará pero lo único que obtuve fue qué el niño del cual desconocía su nombre, solo frunciera el ceño y continuara jugando con sus juguetes, ignorando complemente mi saludo. Solté un pequeño suspiro, y me senté sobre el suelo frente suyo, lo miraba con curiosidad, talvez el niño no sabia hablar, o ¡Talvez me estaba aplicando la ley del hielo! ¿Pero como? Si yo no le había hecho nada. Alce mi dedo índice y toque el hombro del niño para así captar su atención.
¿No sabes hablar? — Pregunte curioso.
El chico asintio, con ambas de sus mejillas sonrojadas, y murmuro.
Mi nombre es Jeon Jungkook.—
A partir de este momento todos los días iba hasta su patio para jugar con el, bueno los primeros días solo lo veía jugar por que jeon no quería prestarme sus juguetes para que pudiéramos jugar juntos, pero después de un tiempo lo hizo.
Íbamos juntos a la misma escuela, aunque yo iba a unos grados más adelante qué el, pero eso no impedía qué jugará con el en el receso. Así fue toda mi primaria junto a él.

Ingrese a la secundaria, se encontraba a un par de cuadras de mi casa, estaba seguro que jungkook también ingresaría a esta misma. Los primeros dos años me sentía algo solo, pues aquí no se encontraba conmigo Jungkook, aun así hice unos cuantos amigos, pero no era igual de divertido qué pasar el tiempo con Jeon. Así que, todos los días después de salir de clases iba para la casa de Jungkook, a mi me agradaba estar allí, y a el le gustaba mi compañía, así que no había ningún problema, podía pasar horas y horas en su hogar, ¡incluso por decisión propia, me quedaría a dormir allí! Pero mamá decía que debía de estar en casa a la hora de cenar.
Cuando yo me encontraba por salir de la secundaria, jungkook entro a esta, se veía realmente adorable con el uniforme, aunque cuando se lo decía el se molestaba un poco. Solo estuvimos un año juntos, pero con eso fue suficiente para que mi último año fuera el más divertido, además nos volvimos más unidos de lo que ya eramos, tambien le pude presentar a algunos amigos que había hecho en su ausencia.

Después ingrese a la preparatoria, fue en esta época qué inicie a descubrir me a mi mismo, siempre me había preguntado el porque no sentía tanta atracción hacia las niñas como mis demás amigos y compañeros. Me sentía más interesado en los de mi género, creí que solo era así por el simple hecho de nunca estar rodeado de niñas. Pero comprobé qué estaba en lo incorrecto cuando en cuarto semestre una de mis compañeras intento besarme, y me sentí demasiado incomodo. Era bonita no podía negarlo, pero solo no me atraía. Cuando faltaba solo un año para salir de la preparatoria, jungkook entro a esta, me sentía demasiado feliz de tener su compañía de nuebo, con el transcurrir de los años a Jungkook se le había hecho muy fácil para el hacer amigos, yo continuaba siendo el mismo chico timido y aunque me hablaran mis compañeros tratarán de que me uniera a sus grupos para socializar me negaba, yo estaba bien con solo tener a Jungkook como mi amigo, además los amigos qué había hecho en la secundaria todos habían entrado a preparatorias diferentes y así fue como volví a quedarme solo, aunque algunas veces charlabamos por el telefono.

Tenia ya la edad de veinte años, me encontraba estudiando la carrera de psicología. Me interesaba bastante el como, los seres humanos nos comportamos o actuamos ante diferentes situaciones, o como nos afectan esto, y el como manejamos nuestras emociones, etc.
En cambio Jungkook, había elegido meterse a ser militar, así serviría al país. Era muy poco tiempo el qué ya nos veíamos. A veces hacíamos llamadas y podíamos estar hablando por horas y horas pero, todo terminó cuando en una de ellas, cansado de guardar mis sentimientos por el, decidí confesarselos, cuando lo hice lo único que se escuchaba por la bocina era nuestras respiraciones, se había vuelto un silencio demasiado incomodo, el antes de colgar dijo que luego me volvería a marcar, yo solo hice un sonido con mi garganta como afirmación, sabia que si abría mi boca para hablar, esta saldría en cortada, su silencio solo me había afirmado qué el no sentía nada por mi.
El nunca lo hizo, nunca llamo.
Y aunque yo esperaba la llamada día, y noche, esa esperanza se fue acabando poco a poco, hasta ser nada. Durante años nunca supe que era lo que había sucedido con el, o como estaba. Pero aun así había decidido cada año mandarle una carta a la última ubicación qué tenia de el, en cada una de ellas llevaba una pequeña esperanza de que las respondiera.

Pero no fue así, paso un año, pasaron dos, tres, pasaron tantos años que ya me era imposible contarlos con los dedos de mis manos.

Y finalmente después de una larga espera recibí una carta de respuesta.

Jeon Jungkook, ¿Porqué haces qué mi corazón duela tanto?

Letters of Hope ♡KookMin.♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora