ELLA | Para la niña más bella de todas.

6.

Me llama la atención que siempre la describo a ella como la persona que es y no por su físico, aunque lo segundo, bueno, ella podría ser un monstruo y yo la seguiré amando.

A si es, yo la amo, no se sorprendan.

¿Cómo explicarlo? Ella es perfecta, sí, eso es todo.

No puedo contar con las manos las veces que le he dicho lo bella, hermosa, diva, coqueta y adorable que es. Es la persona más bella del mundo, y su físico para muchos no es perfecto, pero para mi si, es demasiado guapa, angelical y bella... se me pusieron los pelos de punta, hablar de ella y admirarla hace que me ponga nerviosa, pero con gusto la describo.

¿Cómo no se dió cuenta de que babeaba cada vez que la veía?

Bajita, yo mido 1,57 y ella unos dos centímetros menos que yo; tiene un cabello castaño claro largo con olor a flores y chocolate, súper suave. Tiene una piel sumamente delicada y suave al tacto, un cuerpo medio gordito pero perfecto para un abrazo, una nariz tierna y unos cachetes gorditos. Unos ojos preciosos, rayados, intensos y llenos de sentimientos, hipnotizantes y puros.

El corazón más grande que he visto en mi corta vida, literalmente me siento como el diablo al lado de ella. La mente más comprensiva, abierta, lista, picara e inocente hasta cierto punto. Con los sentimientos más bondadosos y genuinos, reales y puros, bellos, maravillosos... ¡Ella es un condenado ángel! No hay más explicación, es una angel y punto.

Estoy orgullosa de ella, de lo que se está convirtiendo y en lo que se convertirá, apoyo cada cosa que haga, obviamente algo que sea bueno para ella, en mi tiene una consejera, los brazos en los que ella se quiera refugiar, tiene a su compañera de canciones, de llantos, de comida... en mi tiene una amiga, una protectora.

Hice todo lo posible para que ella se sintiera amada por mi parte, hice todo por ella como ella por mí, sin esperar nada a cambio. Me conformaba con nuestras interacciones, sus gestos cariñosos; abrazos, caricias, besos repentinos y dulces palabras... ¿Por qué es tan difícil dejarla ir?