Lo que no te mata, solo te vuelve mas... Extraño

II

La locura es como la gravedad, solo basta con un pequeño empujón.

«Lo que no sabía Izuku, era que ese mal día no acababa aún. Ese día sería el inicio de algo que marcaría la historia de la humanidad para siempre...» 

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Izuku ya había olvidado un poco el asunto del perverso comentario que Katsuki le había lanzado de forma vil. Cuando faltaban un par de cuadras para que Izuku llegara a casa, este empezó a planear una plan para ocultar el uniforme quemado. Pues si ella viera el uniforme en ese estado tan deteriorado y maltratado, lo golpearía, le gritaría que el uniforme es caro, que por que no es mas cuidadoso y muchas mas cosas que no vale la pena contar. En todo caso, prefería que este día su madre no asomara su presencia en casa. llegaba a casa, la acompañaba

Cunado la señora Midoriya llegaba a casa, la acompañaba un fuerte olor a colonia y alcohol. Izuku sentía aversión por su madre cuando ella llegaba a casa en las mañanas para solo acostarse agotada en el sofá  como si hubiera pasado en vela toda la noche,ella inmediatamente quedaba dormida en los brazos de Morfeo. A Izuku le daba asco ese olor nauseabundo que su madre desprendía mientras esta dormía plácidamente. Pero prefería mil veces eso a que se pusiera a buscar sus errores o inventar cualquier excusa solo para gritarle, maldecirle y golpearle.

Regresando al presente. Izuku caminaba nuevamente sumido en sus pensamientos sobre los diversos planes que tenía cuando llegara a casa. Todo dependía si su madre estuviera ahí o no. Si no estaba, tenía tiempo para ocultar el uniforme en algún lugar seguro; si ella estaba en casa, pero estaba profundamente dormida en el sofá, trataría de no hacer ruido al entrar e inmediatamente ocultaría el uniforme; si ella estaba en casa y estaba despierta caminando de un lado a otro, tal vez podría distraerla diciendo que tenia que guardar los víveres en sus respectivos lugares; si no funcionaba lo de los vivires, tenía que preparase mentalmente para los insultos que ella le daría, sumando los comentarios irónicos y sarcásticos que escupía como veneno hacía su persona. 

Izuku suspiro al pensar en lo ultimo, no estaba de humor para aguantar mas comentarios corrosivos. Justo cuando estaba a punto de girar en la esquina para llegar a su casa, algo grande y pesado, se había precipitado de forma repentina del cielo para aterrizar a un metro de donde se hallaba él. Izuku asustado y sorprendido retrocedió un par de centímetros, tropezó con su propio pie y cayo estrepitosamente en sus posaderas. a 

De la "cosa" que había caído del cielo y aterrizado a un metro de él, se desprendía humo, bastante humo, bloqueando su vista, dejándolo sin poder descifrar que era lo que se encontraba adentro del humo. Después de unos segundo la figura rodeada de humo se movió y se irguió, dejando ver que era un ser humano normal -si es que se le puede decir normal a alguien que pasa de volar a estrellarse contra el suelo-. Midoriya se asustó al ver que la figura era grande, mucho más grande que él y musculoso. Una risa estruendosa se escucho salir del humo, inmediatamente Midoriya se tranquilizo al escucharla. Después de escuchar repetidamente esa risa en las noticias y vídeos sabía de quien provenía, así que mucho mas relajado se levanto del suelo, se limpio el pantalón e inmediatamente con entusiasmo se acerco a la figura.

Acercarse a All Might, en especifico en ese momento, fue una mala idea, pero Izuku no lo sabía. 

El famoso héroe no se encontraba de buen humor. Su humor ese día era terrible, era horrible. Desde que se levanto todo había sido una desgracia. Con cada cosa desafortunada que le ocurría en el transcurso del día, este se frustraba, se enojaba y su humor empeoraba a grandes pasos. Había huido de una muchedumbre de fans que le gritaban con vesania y le exigían que le firmara objetos e incluso que les firmara personas (incluidos niños), lo peor de todo el asunto era que habían tratado de robarle partes de su traje y habían tratado de robarle cabello de su cabeza para atesorarlo, lo cuál le pareció algo enfermo. Obviamente enojado con la muchedumbre de personas por haberlo "atacado", se largo irritado del  área metropolitana para retirase a los barrios bajos, él cuál era un lugar mucho mas tranquilo.