IV

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Sonríe, porque confundes a la gente. Sonríe, porque es más fácil que explicar lo que te está matando por dentro.

«... ¿Y si la carta lo hubiera aceptado, cambiaría su futuro? o ¿acaso su destino ya estaba marcado sin importar que lo hubieran o no aceptado? el destino a veces puede ser irónico, puede que se aburra y decida convertir a alguien en su nuevo juguete y oh! si que iba a gozar de este nuevo juguete.»

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Cada paso que daba era un paso mas lejos de su hogar, de la ciudad. Su meta era encontrar un refugio en las áreas rurales, un lugar abandonado donde no lo buscaran, por que si, probablemente solo había una persona en el mundo que se preocupara lo suficiente por él, tanta sería su preocupación que seria capaz de poner una denuncia por su desaparición y demandara a su madre por abuso. Esa única persona en el mundo se llamaba Mitsuki Bakugo.

Ella era la madre de Katsuki y cada vez que se enteraba que su hijo cometía una "falta grave" (por no decir agresión o abuso físico y psicológico) contra Izuku, lo regañaba de una forma brutal, la cual parecía mas abuso hacia su propio hijo que un regaño de una madre. Mitsuki quería a Izuku como su propio hijo, se podría decir que incluso más. Cuando su madre llegaba borracha y con ese hedor singular, Mitsuki le daba refugio en su casa y  él "dormía" en el sofá. Aunque nunca podía dormir por completo. Él presentía que si por casualidad se quedaba dormido, Kacchan bajaría de su cuarto al sofá y le haría una broma muy pesada, bajaría sin importarle los gritos y los castigos que su madre le impondría después del acto. Así que dormir en su casa cuando su madre aparecía ebria e irritada,  o, en la casa de Mitsuki donde podría ser victima de las pesadas bromas de Kacchan. Para él ambas opciones en su mente eran como tratar de dormir en el mismísimo infierno frente la casa del diablo, osea un martirio que tenia que soportar.

En su casa su madre le alegaba a gritos (aunque nuca de esa forma tan intensa como lo hizo hace un par de horas atrás) y si este se atrevía a ir a su habitación y encerrarse para descansar mientras ella estaba ahí regañándolo y criticando, ella iba tras de él y aporreaba la puerta con fuerza, lo insultaba hasta que se le hacia tarde y tenia que marcharse por el horario su trabajo. Después de que Inko se fuera a su trabajo, era difícil para Izuku conciliar el sueño y cada que sus ojos se cerraban lo único acudía a su mente eran pesadillas, así que al final nunca podía dormir. Al día siguiente, aunque estuviera cansado, tenía que fingir una sonrisa en el colegio y soportar todos los abusos que sus "compañeros" le hacían.

Por  otro lado, si decidía huir a la casa de Mitsuki solo para no escuchar el veneno que su madre escupía a su persona, no dormía debido a la angustia de que Katsuki le hiciera algo, cosa que nunca paso, bueno, nunca paso nada en la casa pero si pasaba en el colegio, se podría decir Katsuki se desquitaba con él por atreverse a dormir bajo el mismo techo.

Así que de todas formas el resultado era el mismo, sonreír aunque no tuviera las energías o el humor para hacerlo y soportar el maldito acoso de sus tontos compañeros.

Esos recuerdos iban y venían a su mente mientras buscaba un "hogar ideal momentáneo" en el área rural, pues sin darse cuenta ya estaba en esa zona. Siguió caminando y analizando algún lugar que pudiera ser su potencial refugio. Y así como avanzaba, igual sus recuerdos lo hacían.

A su mente acudió aquella conversación que tuvo con Mitsuki en el arco de la puerta justo cuando estaba por irse corriendo de la casa de los Bakugo para ir a la suya y cambiarse de ropa, por que una cosa era pasar la noche ahí mientras Katsuki probablemente estaba durmiendo y otra era estar ahí en la mañana y encontrarse con él. Mitsuki le dijo que no habría problema que él usara la ropa de Katsuki.

Lo que no te mata, solo te vuelve mas... ExtrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora