Lo que no te mata, solo te vuelve mas... Extraño

VI

Que pases tiempo con alguien no significa que conozcas sus oscuros secretos

«Salió del callejón con una sonrisa, había cumplido uno de sus objetivos antes de lo previsto, era algo de lo cual estar orgulloso ¿no?»

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Su corazón latía rápido y se podía observar como sus labios formaban una pequeña sonrisa. Izuku caminaba algo rápido hacia la choza, no sabía como describir el sentimiento que en su pecho se alborotaba. Al principio pensó que tal vez era miedo, después de todo había cometido un homicidio, pero como podría tener miedo si estaba sonriendo... ¿Tal vez pánico? él recordó que en momentos de suma tensión o pánico la gente suele sonreír por inercia para tratar de relajar el ambiente, pero estaba muy seguro que pánico no era, él había experimentado de primera mano lo que era el pánico extremo, cuando se ocultaba de Katsuki en los baños para que esté no lo molestará. Definitivamente lo que estaba siendo no era pánico.

Sin darse cuenta empezó a trotar, su mente estaba tratando de descifrar lo que estaba pasando, lo que estaba sintiendo, que ignoraba lo que lo rodeaba. En su camino pasó empujado a una que otra persona, a él no le importaba, su corazón seguía latiendo velozmente y sus labios no paraban de curvarse hacia arriba.

Finalmente llegó a su refugio, entro y tiro la bolsa a un lado, se agachó y puso sus manos en su cara, como si eso fuera a tranquilizar o contener de alguna manera el sentimiento que de el brotaba.

Finalmente él comprendió que estaba extasiado, pero no de una forma sexual. Extasiado por qué le había encantado quitar una vida, ver cómo el cuerpo lucha inútilmente ante la desesperación de la muerte.

Se asustó un poco, nunca se le ocurrió que podría sentirse de esa forma al matar a alguien... No era normal, nada de eso era normal, pero su vida nunca fue normal, así que que se podía esperar de alguien cuyo tiempo en la tierra no ha sido de los mejores, no podíamos esperar que reaccionara como un ciudadano común, lo que sería asustarse y llorar.

Al cabo de unos minutos, cuando se tranquilizó, agarró el maletín y se fue a la habitación contigua donde se quedaba a dormir. Ya adentro, abrió el maletín y lo primero que pudo notar era el color oscuro que había adquirido la manta debido a la sangre que había absorbido, saco al cadáver y lo desenvolvió. Cualquier persona pensaría que eran hermanos, el parecido era increíble. Sus únicas diferencias eran el color de pelo, el color de ojos y las pecas. El color de pelo era un celeste algo pálido, se podía arreglar con un poco de tinte verde; los ojos eran de otro color, eran color miel, pero podría simplemente quitárselos y el problema estaría solucionado; no tenía pecas así que le podría poner unas, se las podría tatuar de forma casera. 

Después de planear lo que haría con el cadáver, procedió a desnudarle, no le importaba macharse aun más de sangre mientras hacia su trabajo. Retiro cada andrajosa prenda, se quito su playera de All Might y se la puso a él, fue a buscar los calzoncillos de All Might y también se los puso, le coloco de nuevo el pantalón roto que traía y admiro el resultado final.

Con esa ropa todos pensarían que trataba de él, y por si acaso alguien no estuviera seguro, el calzoncillo de All Might llevaba escrito su nombre completo, no podía haber falla alguna, todos creerían que había fallecido. La sonrisa - que había estado presente en todo momento- se ensancho más.

Salió de la habitación y se dirigió al cuarto que uso para dormir, el cual él ya había decidido que será SU habitación. Se dirigió al pequeño montículo de ropa y busco una camisa simple que ponerse, hizo lo mismo que hizo anteriormente, solo que esta vez procuro que no se rompiera, simplemente que estuviera sucia. Esa sería ahora su nueva ropa de vagabundo, se la puso y nuevamente se encamino a la escena del crimen. Quería ver si podía encontrar algo útil entre las pertenencias de aquel vagabundo.