𝐓𝐑𝐄𝐀𝐓 ⎯ sungpil

8. Consciencia

El día de Wonpil no termina bien. No tiene ganas de volver a casa (como es usual), así que se queda en la azotea leyendo su libro favorito. Las clases nocturnas ya estaban por terminar cuando decide marcharse.

El tipo que siempre está molestando a Younghyun y a él lo retiene en el pasillo.

Ya está oscuro, no hay nadie más cerca y sabe que esta vez, Younghyun ya no vendrá a salvarlo.

Jiho es otro típico niño millonario de su escuela. Su padre es un abogado distante y su madre una figura importante. Al igual que Park Sungjin, actúa como un completo imbécil con los chicos que están por debajo de su clase social. Aún no logra entender que es lo que tiene en contra de Younghyun y él y porqué siempre está provocándole.

—Pero si es la pequeña escoria—le dice mientras lo rodea—. Tu amigo Younghyun casi me mata el otro día por defenderte, ¿no es justo que me desquite contigo ahora?

Y antes de poder reaccionar, Wonpil es tirado al piso con fuerza. No puede decir que no intentó defenderse. Vaya que lo intentó, pero ese tipo es demasiado fuerte y Wonpil con suerte puede cargar su bolso a veces. No le importa mucho, sabe que por ahí, dejo algún moretón, quizás no muy grande, pero algo es algo. Solo sabe que sus costillas duelen, que el idiota rompió su ceja y que dejó una herida en su labios.

Decide entonces, que se dejará, porque ya no tiene ni fuerza ni ganas para pelear.

Y cuando cree que ya casi está inconsciente, Sungjin aparece como unos de esos héroes de sus libros de ficción. Escucha algunos golpes hasta que Sungjin empuja a Jiho contra un casillero y lo toma del cuello de su camisa.

—Si lo tocas una vez más, te mataré.

— ¿Que pasa, Sungjin?, no me digas que te estás colando por el pobretón.

Wonpil que sigue tirado el piso, escucha la conversación, pero es incapaz de moverse y mucho menos de ponerse de pie.

—Mierda, no tienes porque golpearlo, ¿si quiera eres humano?

—No te confundas, Sungjin. Tú no eres muy diferente a mi —le dice

Quita la mano de Sungjin con fuerza de su cuello y se limpia la sangre brotando de su labio. Antes de darse la vuelta y marcharse, sonríe cuando mira a Wonpil tirado en el piso.

Wonpil logra reincorporarse hasta apoyar su espalda en los casilleros. Sungjin se pone a su altura y toma su rostro entre sus manos para revisar las heridas. Wonpil lucha por apartarlo, pero es inútil porque se siente desvanecer.

—¿Qué mierda estabas haciendo tan tarde en la escuela, Wonpil?

—Solo quería leer, no podía llevarme el libro a casa esta vez, así que me quede acá —se defiende torpemente.

A los ojos de Sungjin, Wonpil luce como un niño pequeño. Su labio curvado hacia abajo mientras habla con un tono infantil justificándose por haber hecho algo mal.

—¿Por qué no compras tu propio libro?

—¿Por qué siempre estás humillándome? no tengo dinero, ni siquiera para algo tan básico como un libro —Sungjin lo observa con una expresión de culpa en su rostro— No me mires así, gente como yo tiene que sobrevivir para llegar a fin de mes, no nací en cuna de oro como tú, Park Sungjin.

Wonpil deja escapar un alarido mientras sostiene con ambos brazos su estómago.

Sungjin deja escapar un suspiro. Y toma a Wonpil con fuerza hasta ponerlo de pie.

—Déjame Sungjin, ¡te dije que si un día estaba en problemas sólo pasaras de mi!

—Mi maldita consciencia no me lo permitiría.

—Ah, ¿tienes consciencia?

—Solo cállate.

De pronto Sungjin se agacha, y Wonpil lo mira de la misma forma que aquella vez en que le devolvió su libro en la azotea. No entiende que es lo que está haciendo y solo se queda de pie observándole mientras sus brazos continúan rodeando su estómago.

—Sube.

Él definitivamente no hará eso. Wonpil quiere chillar por lo ridícula que es la situación. Él no va a aceptar que este tipo de situaciones le ocurran a él, como si fuera la damisela en apuros de algunos de sus libros que es rescatada por el héroe.

—No me subiré a tu espalda.

—¿Tienes una mejor idea? Por lo que veo, ni siquiera puedes caminar. Solo hazlo.

Wonpil no logra entender como es que terminó siendo cargado en la espalda del arrogante de Park Sungjin. El chico que más odiaba en la escuela.

Esa noche Sungjin curó sus heridas, y tal vez no sólo las físicas.