𝐓𝐑𝐄𝐀𝐓 ⎯ sungpil

3. Alma rota

Ahora, Wonpil ya no puede ni siquiera mirar su libro favorito. Quizás es porque necesita algo nuevo, algo más con lo que llenarse, o quizás el amor entre su libro y él ya se había vuelto rutinario.

Pero sabe que no es eso, más allá de seguir buscando excusas, Wonpil decide qué es mejor dejarlo por un tiempo y concentrarse en algo más. Así que con el corazón un poco roto devuelve el libro a la biblioteca y se pasa todo el receso del almuerzo buscando algo nuevo que leer. Wonpil siempre se está repitiendo así mismo que una mente ocupada no se intoxica con pensamientos negativos, así que esperó que el pasar toda la hora entre libros viejos ayudara un poco su alma rota. El timbre de final de receso sonó, y Wonpil se da cuenta de que nada puede compararse con su libro favorito.

Así que solo toma un libro al azar y decide que será suficiente por un tiempo, aunque realmente solo intenta convencerse así mismo.

La biblioteca ya estaba vacía y debía correr para poder llegar a tiempo a su clase, pero como últimamente nada le salía bien en esos días, no se sorprende demasiado cuando intenta tomar el libro de la repisa y no lo alcanza. Por más que estira sus pies, a él le parece que es como si estuviese intentado alcanzar alguna nube del cielo. Por un segundo, puede jurar que casi lo consigue, y cuando ya decide que no tiene sentido, alguien a su espalda lo toma con facilidad y lo deja frente a sus ojos. Wonpil sonríe feliz, y cuando está a punto de agradecer al extraño, las palabras se quedan atascadas en su boca.

Sungjin tiene la misma expresión de siempre. Aburrida. La sonrisa de Wonpil se desvanece en el infinito mientras sigue mirando sus ojos oscuros ojos.

—Este no es libro que siempre estás leyendo.

Pero Wonpil no responde. Y sin si quiera tomar el libro de la mano de Sungjin, huye de la biblioteca tan rápido como es posible. Mientras camina por los pasillos vacíos, se da cuenta de que el abismo que había entre él y su libro favorito, era por culpa de Park Sungjin, porque no podía ni siquiera tenerlo en las manos sin pensar en lo que había hecho él aquel día.

Wonpil ya no quiere recordarlo más.