Una ventana sin asegurar fue todo lo que se necesitó, el Capitán Hydra se encontraba ahora en la cabaña que Tony compartía con Pepper.
—Asqueroso —musitaba con desdén ante cada foto de la pareja, claro que al ser su hogar no habría pocas.
Entonces saltó a la vista, en una cómoda de la sala principal, junto a más fotos de Pepper y Tony… Había una diferente, una en la que no se encontraba Pepper, ni siquiera Tony, no, en esa foto había… un bebé; apacible, rosado y hasta casi podía asegurar que feliz. Tan feliz como él pudo haberlo sido junto a Tony, pero todo había caído en el lugar equivocado; Tony estaba con Pepper y a él no le quedaba nadie, estaba como en un principio, con estatus de criminal prófugo.
—Duérmete o venderé todos tus juguetes —alcanzó a escuchar la voz proveniente del segundo piso.
—Tony —y el duro semblante del Capitán Hydra desapareció de un instante a otro, sólo de eso se necesitaba, de la voz que alguna vez endulzó sus oídos e hizo que su corazón se regocijara… ahora se encontraba susurrándole dulces sin sentidos a alguien más.
—Rogers —exclamó con sorpresa el castaño—, ¿por qué… por qué estás aquí?
—He venido por ti… —sabía perfectamente lo que quería decir, lo que no sabía era cuál sería la respuesta del contrario.
—¿Para qué? ¿Has vuelto a ser el Capitán América? —las preguntas del castaño eran levemente ignoradas por el rubio, quien intentaba contenerse para no lanzársele encima, había pasado tanto tiempo, tantas cosas, lo perdió todo, y lo único que quería en ese momento era cerrar los labios del hombre de hierro con los suyos, besarlo hasta que no tuviese aliento como para pedirle que se marchara.
—No realmente —sonrió a medias mientras con la vista admiraba cada parte del cuerpo ajeno, cada curva que deseaba recorrer con sus manos, e incluso con sus labios, acentuada por aquella ropa que le ajustaba a la perfección.
—Me alegra, porque yo he dejado de ser Iron Man —señaló hacia la cómoda que ya había sido observada minuciosamente por el rubio—, ahora tengo cosas por las que vivir, ¿sabes? Pepper y… —tragó saliva, dudaba si sería una buena idea darle a conocer la existencia de Morgan, ya antes había demostrado ser impulsivo, quién sabe qué haría de saberlo.
—Un bebé —completó él, no tenía ni el más mínimo detalle sobré el, sólo sabía que en la vida de Tony ahora había un bebé, no sabía edad, sexo, ni siquiera tenía un nombre, apenas y podía imaginar cómo luciría, claro, para él era la viva imagen del hombre que tenía enfrente.
—Sí, ella… Mi familia vale la pena —alcanzó a corregir, si bien la vida con Pepper seguía teniendo momentos en los que no estaban de acuerdo, realmente la amaba; ella estuvo ahí para él, se había convertido en su razón de existir, era lo más importante en su vida.
Steve reprimía aquellas ganas de gritarle, quería reclamarle el hecho de haberlo dejado de lado, pero ¿con qué cara lo haría? Si él mismo lo había hecho en el pasado.
—¿Sólo tu familia? —fue lo único que alcanzó a mencionar, lo único que no causaría reproche de parte del castaño— ¿Y qué hay de mí?
—¿A qué te…? —no entendía del todo al Capitán— ¿Estás… Te crees con derecho? —escupió con furia, sorprendiendo incluso a Steve— Después de todo… todo lo que me hiciste; me destruiste, Rogers, y aun así… ¿aun así te atreves a…? —ni siquiera podía terminar con alguna oración, su rabia no se lo permitía.
—Sé que te herí, Tony, pero he vuelto por ti.
—Demasiado tarde, Capipaleta —la sola mención de aquel antiguo apodo le causaba un sabor amargo en la boca, y pensar que era un mote cariñoso al que ambos ya se habían acostumbrado—. Estoy mejor sin ti, tengo una familia ahora, una mujer que me ama y que jamás, ¡jamás!, me haría ni la mitad de cosas que tú me hiciste.
—Aún me amas, Anthony, lo veo en tus ojos —sus músculos se tensaron ante la mirada reacia que el nombrado le dirigió al instante en el que se vio acorralado entre una pared y los brazos del soldado.
—No me hagas comenzar, Rogers. Así que la vida no te ha sonreído, ¿qué se siente estar del otro extremo? Resulta ser que eres el culpable de todo y nadie quiere quedarse a tu lado, ¿podrías vivir con eso? —los brazos del contrario se relajaban de a poco, sin dejar de aparentar una prisión para el castaño— ¡Por supuesto que no! Porque el ídolo de América es perfecto, ¿no es así?
—Silencio —demandó a la par que mantenía su mirada en una especie de vaivén entre los ojos y los labios del de menor estatura.
—¡Ahora vas a escucharme! —sí, tal vez su vida había ido para mejor, pero nunca tuvo la oportunidad de liberar todo aquello que se quedó atrapado en su pecho, todas las mentiras, todo el engaño, el sufrimiento que aquel hombre le hizo pasar— Te entregué mi alma, Rogers, ¿y qué hiciste con ella? La pisoteaste cual vil tapete.
—¡He dicho que cierres la boca! —poco era lo que quedaba de Steve Rogers, el hombre noble y heroico que fue elegido para recibir el suero de super soldado creado para ganar la guerra; ahora sólo había un hombre con demasiado rencor y fuerza bruta en su poder.
—¿O qué, piensas golpearme? ¡Hazlo! Pero después de eso quiero que te largues y nunca más vuelvas a aparecerte por aquí —el rubio no contestó, simplemente bajó una de sus manos hacia la barbilla del otro, alzando levemente su rostro, preparando sus labios para un beso que había estado deseando desde hace tanto.
Un beso que no sabía si sería bien recibido, pero deseaba con toda su alma que fuese correspondido.
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Dark Stony Week
FanficReto propio de escribir 7 relatos cortos que involucrasen Stony, Superfamily y una pizca de angst, que siempre viene bien. La advertencia de "Contenido adulto" viene a caso del cuarto escrito, llamado Posesividad, donde se describe levemente un abus...