Capítulo 22

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Escuchaba cómo Hermione trataba de sacarle alguna información a pesar del peligro que corría. Varias veces oía los gritos de Scorpius llamando a Hermione después de algún sonido sordo, seguramente de bofetadas. Tenía que controlarse para no gritar al teléfono y ser oído por los que allí estaban.

— Tíos, No es por nada pero el móvil se mueve — Interrumpió el joven.

Los tres miraron la pantalla del ordenador donde un círculo indicaba la posición exacta del móvil de Hermione. Estaban saliendo de la ciudad.

— Ve indicándonos la dirección, chico. Vamos tras ellos — Mandó George.


* * *


— Theo, tú no eres así — Susurró Hermione irguiéndose tras soportar la última bofetada de él.

Scorpius sostenía en ese momento el móvil con su mano libre y trataba de ayudarla a meterlo en el bolsillo de ella sin que se desconectara.

— He cambiado, ya lo sabes.

— Sí, pero en el fondo sé que sigues siendo el dulce y amable Theodore del que yo me enamoré. Por favor, deja al niño libre. Te prometo que no me iré, ¿de acuerdo? Déjalo en cualquier parte de la calle y él conseguirá un teléfono para llamar a Draco.

— ¿Y que llamen a la policía para que me detengan? Ni hablar...

— Theo, es un niño... Hará lo que le digas, ¿verdad Scorpius? — Le preguntó mirándolo y esperando que respondiera como ella quería.

— Si...

— ¿Ves? Con él delante ni siquiera podremos... Ya sabes...

— ¿Aún quieres que te toque? — Hermione reprimió el temblor de sus manos y la acercó hacia el rostro de él. Le acarició la mejilla con suavidad y llegó hasta sus labios donde Theodore abrió para introducirse el dedo de ella y lamerlo — Ya casi hemos llegado. Y el niño se queda — Contestó tras apartar la mano de su boca — No soy idiota Hermione. Se lo que pretendías.


* * *


Draco se agarraba con fuerza mientras escuchaba la conversación de Hermione y Theo. Iba a matarlo en cuanto lo tuviera delante y, cuando estuviera en el suelo, lo remataría mil veces hasta quedar satisfecho y devolverle multiplicado por diez el daño que estaba haciéndole a Hermione.

— ¡Chico, dime por dónde! — Gritó George al teléfono. Iba conduciendo como un loco tratando de acortar la distancia que los separaba de Theodore, Hermione y Scorpius.

— ¡Ya voy! Será posible... los estoy siguiendo así que cálmate un poco tío... Ups, te acabas de pasar la calle que era....

— Cabrón... — Insultó frenando en seco y dando un volantazo para dar la vuelta al coche y coger la calle que debía.

— Cuida esa lengua... — Replicó el joven usando las mismas palabras que antes había usado George.

— Cuando esto acabe vas a aprender a tratar a los mayores, chico.

— Y tú a respetar a los niños, viejo.

— ¿Algo nuevo Draco? — Preguntó George mirándolo de reojo. Él negó sin apartar del oído su teléfono.

— Sigue recto un par de kilómetros y después gira a la derecha.

— ¡Estás loco! ¡¡Es hora punta, nos meteremos en un atasco!!

Una clase de amor [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora