Dos.

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Llevaba todo el día dando vueltas en mi cama, pensando en el regalo para Temo. No lo conocía de nada ¿Cómo iba a saber qué coño regalarle? Bueno, eso de coño definitivamente no, ya sabía que no le gustaban.

¿Conocía a Temo? Pues sí, de vista. Y hasta ahí. Fue un cinco de septiembre, entrando al kinder, vi a un niño algo regordete con un peinado de crema chantilly, solo le faltaba la cereza en la cabeza. Estaba bastante animado y rodeado de otros niños, contando una historia de cómo se había caído a un pozo ¿en qué mundo alguien se cae a un pozo? Seguro lo estaba inventando.

Sin embargo, llamaba la atención de manera casi inconsciente y yo quería hablarle, ser su amigo. Entonces pasó que un niño mucho más alto lo llamó mentiroso y lo hizo llorar. Mi primer instinto fue reclamarle y golpearlo por hacer llorar al niñito, pero entonces todos empezaron a reírse y yo también lo hice.

En primaria, lo vi desde que crucé la puerta de entrada, con su mochila rosa de Hello Kitty, caminando por el patio en dirección a su salón. Quería ir a saludarlo, después de todo era al único otro chico que conocía y su sonrisa era bastante contagiosa.  Conforme me fui acercando, unos niños de quinto se acercaron a él y le apuntaban con el dedo mientras se reían de su mochila rosa. Quise nuevamente golpearlos pero me sentía muy chiquito frente a ellos. Temo esta vez no lloró, incluso cuando le pusieron el pie y cayó al cemento.  Corrí a ayudarlo y me vio con sus ojos gigantes mientras tomaba mi mano para levantarse, entonces escuché las risas de nuevo, cada vez más y más fuertes, no podía, no podría lidiar con que esas risas algún día fueran dirigidas a mí así que me fui de ahí, justo cuando él estaba sonriendo y a punto de decirme algo.

Temo no dejó de llevar su mochila rosa. Se sentaba al fondo y hasta mitad de año fue cuando las niñas se empezaron a acercar a él. En los recreos los niños salíamos a jugar fut y él se quedaba con las niñas haciendoles trencitas en el cabello. Sus manos parecían ser bastante habilidosas.

Y así eran todos los primer día de escuela, cuando fue con las uñas pintadas, cuando se delineó los ojos, cuando lo sacaron del clóset, cuando le graffitearon su casillero.

Estuve en todos esos momentos y lo dejé pasar, estuve en todos esos momentos y aún así, no conocía en absoluto a Temo López.

Finalmente me rendí y le pedí ayuda a mi mamá. Ella trabajaba en Fantasías Miguel y organizaba talleres de manualidades cada semana. Si alguien podía ayudarme era ella.

— ¿Cómo es él? — me preguntó.

Me encogí de hombros. De verdad no lo sabía ¿Cómo puedes pasar durante años junto a un mismo chico y no saber nada de él? Me hubiera gustado haber prestado más atención a esa semana estúpida durante el juego del papel higiénico. Recordaba a Temo decir algo sobre el taller de confección y costura pero entonces Ben comenzó a reírse y burlarse de él, los demás siguieron la broma y entonces ya no pude escuchar el resto de lo que dijo. ¿Club de confección y costura? La verdad sí me parecía algo raro. Una cosa era ver Project Runway como yo y otra cosa pues ponerse a hacer vestidos pero pues cada quien.

— Bueno, dime algo Aristóteles. Estoy tratando con una hoja en blanco ¿Cuál es la primera palabra que te viene a la mente cuando piensas en él?

Fuerte. Pensé al instante. Pero no lo dije, porque entonces tendría que explicar el por qué lo creía y no estaba listo para esa conversación. Así que dije la segunda cosa que me vino a la mente.

— Es muy soft — salió de mi boca antes de que pudiera retener el pensamiento y sentí como mi cuello se empezó a enrojecer.

Mi madre ladeó la cabeza y me miró desconcertada.

— ¿Soft como suave? ¿Es un algodón o qué?

— No quise decir suave él tal cual — aunque seguro que la piel de Temo era suave — Su voz... su voz es suave.

— Así que es tímido.

— Bueno no tímido. Solo es algo... retraído porque la gente se mete mucho con él.

— ¿Qué? — fue entonces cuando mi mamá dejó de acomodar sus tuppers y fue a sentarse en la mesa de la cocina, con una mirada de preocupación en su rostro — ¿por qué la gente la toma contra él?

— Él es...ahm, pues él está en el club de costura — dije rápidamente.

— Ok.... Entonces está en el club de costura y es suave como algodón.

— Mamaaaaa — puse los ojos en blanco porque supe que mi madre me molestaría largo rato con eso de suave como algodón — su voz es suave.

— Bueno, es un lindo modo de conocer chicas ¿no?

— Bueno, no creo que esté muy interesado en conocer chicas.

— Ya veo. — Ahora su expresión era de lástima y eso me molestó — y por eso se meten con él.

— Sí.

— Bueno espero que no formes parte de eso ¿eh?

— ¿Qué? No, claro que no. Yo odio a esos bullies.

— Bueno — mi mamá se acercó y puso una mano en mi hombro — porque no hay nada de malo en ser gay.

Aborten misión. Aborten misión.

¿Por qué me está mirando así? ¿Y esa mano en mi hombro? Help.

— Lo sé. — dije rápidamente.

¿Sospechaba que era gay? Nunca habíamos hablado de ese tema antes y no estaba dispuesto a hacer que cargara con ello ahora. Tenía suficiente con cuidarme a mi y a mi hermano Arquimedes ahora que mi padre pues... se había ido. Arqui tenía solo cinco años.

Mis padres se conocieron porque así como mi mamá trabaja ahora en Fantasías Miguel pues mi padre trabajaba en Modatelas. Aun recuerdo las bromas en secundaria que me hacían cuando decían que mi padre era Don tela mete tela saca.  Pero eso es otra historia.

— Tal vez deberías hablar con Temo — me dijo mamá — Obtener algunas ideas.

— Eso sería suicidio social.

Me miró con reproche y yo me hice chiquito en mi silla.

— Es que él teje — le susurré.

— ¿Y? ¿Desde cuándo tiene que ver eso con el género? Yo te puedo enseñar a tejer.

— Desde que te juntas con Julieta te volviste más liberal.

— Y tú desde que te juntas con los chamacos de la escuela al parecer más tonto.

— Mamaaaaaaaaaa

— Es en serio ¿no deberían estar nuestras generaciones invertidas? — de pronto sus ojos se iluminaron — En fin, hablando del tema haremos peluches con calcetines en el taller ¿Por qué no haces uno para Temo?

Comencé a protestar enseguida — No le voy a hacer un animal de peluche. Además seguramente saldrá deforme.

— Sería... artístico. Podrías hacer un mono, te gustan los monos.

— Mamaaaaaaa...

— Ya lo verás — afirmó — a Temo le va a encantar.

Yo no estaba tan seguro.

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Bueno no sabía si continuar pero ya tengo  algunos caps de la historia,  además me gusta Aristemo y la Navidad así que continuaré.

Espero esto les ayude a escapar un poco de la realidad que tal vez en estos momentos no les esté agrandando tanto.

FixingReality




Bastones de caramelo (Aristemo) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora