Tres.

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En nombre de Oaxaca y todas las flores. Aquella había sido una locura, simplemente lo había sido. Lo que ocurrió el miércoles por la noche era algo que no quería volver a repetir.

-No tienen de qué preocuparse - dijo mi mamá al grupo - si mi hijo puede hacerlo, cualquiera puede.

A veces tenía demasiada fe en mi.

Mi primer error fue elegir calcetines negros. Mamá trató de advertirme pero no la escuché. Había una gran variedad de calcetines, algunos con rayas, estrellas, corazones pero en vez de pensar en lo que le gustaría a Temo pensé sólo en mí y que no quería usar esos ridículos calcetines así que elegí unos lisos y negros. Pronto descubrí que no podía ver ninguna de las marcas que había dibujado en la tela y estaba cosiendo a ciegas. Después de haberle mochado una pata al mono, una ancianita se apiadó de mi y se hizo cargo de la maquina de coser.

- Dejame ayudarte Aristófanes. Antes de que te cosas los dedos.

- Es Aristóteles.... - susurré, mientras las demás mujeres se reían.

Sonreí y me resigné a ser la fuente de diversión la noche.

Una vez que terminamos con las máquinas de coser, regresamos a las mesas para rellenar las diversas partes del cuerpo del mono y coser las a mano para darles forma. Yo mentaba madres internamente cada vez que me pinchaba con la aguja. Estaba bastante seguro que mi sangre se había derramado sobre el mono en varios puntos pero era difícil de ver entre el tejido negro ¿Cómo podía hacer eso Temo?

Antes de que cerráramos el agujero, mi mamá empezó a repartir piezas de fieltro rojo.

- Córtenlo en forma de corazón y pónganlo en el pecho de su animalillo. Nadie sabrá que está ahí pero su peluche les agradecerá tener un corazón.

Puse los ojos en blanco.

- Hazlo Aris o el monstruo de los peluches vendrá por ti.

- ¿Qué cosa?

- El monstruo se alimenta de las inseguridades de los débiles, todos los peluches de calcetín le tienen miedo.

-Mamá, por favor.

Ella empezó a reír y las otras mujeres la acompañaron. Corté un corazón de fieltro pero en vez de introducirlo al relleno de mi mono, me lo guardé en el bolsillo. No iba a caer por esas tontadas.

Traté de hacerlo lo mejor que pude, pero mi mono no sólo quedó deforme sino que...bueno. No tenía orejas y su boca estaba torcida. Elegí botones rojos aora los ojos porque no podía elegir negros, creí que sería una buena combinación.

Estaba equivocado, Chucky era una obra de arte comparado con mi mono demoníaco.

Crucé los brazos e hice un puchero, como un niño de cinco años.

- Fue un desastre.

Mi mamá se empezó a reír.

- Bueno, al menos les subiste el autoestima a mis demás alumnas.

Fruncí el ceño y la miré mal.

- No puedo darle esto a Temo.

- No es tan malo. Lo va a apreciar.

- Él teje, se va a reír de esto. O va a creer que es un muñeco vudú y que intento hacerle brujería.

- Buen punto con lo último. - Sonrió con diversión - Ya se te ocurrirá algo.

- ¿Puedo darle el que hiciste tú? - dije mirando su cerdo de calcetín.

- Se supone que debes darle algo hecho por ti mismo, así que no.

Quise gritar pero solo metí la mano en mi bolsillo buscando un chicle o cualquier cosa, cuando me daba ansiedad tenía necesidad de masticar o chupar cosas. Bueno, eso último sonó mal.

En mi bolsillo, solo estaba el tonto corazón de fieltro.

(...)

No podía hacerlo. No podía darle ese mono diabólico a Temo. Sabía que cuando lo abriera en medio del salón, todo mundo se iba a reír de él, y no sólo eso, sino que mi vergüenza me iba a delatar. Ben de inmediato se imaginaría que yo era el que lo había hecho. Después querría saber por qué me había tomado tantas molestias en hacerle un regalo a Temo. Y bueno, es que ni yo mismo sabía por qué me importaba tanto darle un buen regalo a Temo.

Esa noche me retorcí como chinicuil en la cama, de un lado pa'l otro, nomas pensando que hacer. Ni los videos de asmr o granos explotando me calmaban. Tenía que encontrar una alternativa. Y pues sí, a eso de las 5 de la mañana aparté la sabana y menté madres mientras me golpeaba en el dedito chiquito del pie.

Me metí a mi clóset (literalmente, figurativamente ya sabemos que estoy hasta Narnia) y revolví las cosas, decidido a encontrar una solución enterrada ahí en algún lado. Cuando ya me estaba dando por vencido, cogí algo que creí que podría ser un regalo aceptable, lo envolví decentemente y lo metí en una bolsa de plástico.

Pasé por la oficina de la profesora Castañeda en tres ocasiones diferentes el jueves, que era cuando teníamos que entregar los regalos, y el viernes, los recibiríamos y los abriríamos frente a todos, antes de que finalmente pudiera reunir el valor necesario para entrar y dejar el regalo. Estuve tentado a volver después dr mi hora libre para quitarlo pero tampoco tuve la valentía de hacerlo. Mi destino estaba sellado. Y todavía tendría tres semanas más de ese infierno, es decir, dos regalos más con los que me tendría que atormentar.

— Es solo un estúpido intercambio de regalos — murmuré para mí mismo ¿Por qué me estaba poniendo tan nervioso al respecto? Aunque Temo odiara el regalo, nunca podría saber que fui yo quien se lo dio.

A ver, cálmate, simplemente quieres compensarlo. Sí, quieres compensarle toda la mierda que ha vivido todos estos años. Es bastante lógico, quieres que disfrute su regalo, cualquier persona lo haría Aristóteles. Deja de pensar tanto .

(...)

Tuve pesadilla esa noche, debí haberme tomado un café para no dormir o algo porque Ugh, yo no suelo tener pesadillas muy a menudo, pero cuando las tengo, siempre me dejan sintiéndome tembloroso e intranquilo. Me di cuenta que había estado soñando con el mono diabólico, sí sí, el tonto peluche que le hice a Temo. No podía recordar mucho del sueño aparte de la sensación de estar paralizado por un par de brillantes ojos rojos. Me volví y mire al mono que estaba escondido en la oscuridad del suelo donde lo había tirado antes.

— Estúpido Chucky — dije mientras tocaba en la oscuridad buscándolo. Después lo metí en el cajón abajo de la cómoda. De cualquier modo no pude volver a dormirme.

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Prometo que ya viene lo bueno
¿Cuál será el regalo de Aris?
¿Y a quién le tocará darle regalo Temo?

Gracias por leerme. Me anima mucho escribir sobre Aristemo. Creo que si escribo fics nuevos serán de ellos.

FixingReality

Pd. ¿Escucharon las canciones en portugués de Emilio? Estoy obsesionada.

Bastones de caramelo (Aristemo) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora