Siete.

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- ¿No quieres entrar un rato? - me había preguntado Temo.

- ¿Qué? - dije, alejándome poco a poco en mi asiento - ¿por qué querría entrar?

Su expresión se endureció y rápidamente abrió la puerta.

Ahora fui yo quien estrelló su cabeza contra la ventana. No tenía la intención de que las palabras salieran de esa manera. Me había atrapado desprevenido, con la guardia baja.

- Gracias por traerme - dijo a toda prisa mientras se apresuraba a salir del coche.

De repente lo vi correr por el camino de entrada con los pies descalzos, había olvidado sus calcetines.

- Temo - le dije agitando sus calcetines, pero ya había desaparecido en el interior de su casa.

(...)

Volví a casa sintiéndome como un completo idiota. Pero de cualquier modo ¿Qué esperaba invitándome de esa manera a su casa? ¿Pensaba que ahora éramos amigos sólo porque lo llevé a su casa? ¿Qué tal si pensaba que éramos más que amigos? ¿Y si mi estúpido fetiche de pies había puesto en marcha su radar gay? ¿Sabía lo mío? ¿Por eso me había invitado a entrar?

Solo quería llegar a casa para olvidarme de todo y todos pero al llegar, en la cena, mi mamá sacó a colación el regalo para el intercambio.

- ¿Y si vienes de nuevo al taller mañana en la noche? Vamos a hacer broches ¿Todavía debes darle un regalo a Temo este viernes, verdad?

- Eso no funcionó muy bien la última vez. - dije.

- Yo iré - dijo mi hermanito pequeño - voy a hacer una araña rojita.

Lo miré con diversión.

- ¿Una araña rojita? ¿Las arañas no son negras?

- No mi araña - dijo como si fuera lo más obvio del mundo - es roja como el hombre araña, y así no me dará tanto miedo.

- Oh... pues muy bien.

- ¿Sabías que las arañas traen suerte?

- No. No lo sabía.

- ¿Y sabes qué más? - preguntó mamá, metiéndose a la conversación de nuevo - Tradicionalmente las arañas son el símbolo de hilanderos y tejedores. Sería un regalo precioso para Temo.

Tenía sentido. Las arañas son tejedoras, Temo es tejedor....

Arqui inclinó su cabeza.

- ¿Quién es Temo?

- Mi...amigo - dije.

¿Lo era? ¿Temo era mi amigo?

- Ambos podemos hacer arañas. Hasta les podemos poner diamantina. - comentó Arqui - puedes hacerle una a Temo.

- No haré una araña con diamantina.

- ¿Por qué no? ¿No crees que le vaya a gustar?

Mamá asintió y me lanzó una mirada de complicidad, pero no dijo nada.

Al final terminé suspirando.

- La verdad es que sí, probablemente sí le gustaría.

- ¡Qué bien! - dijo Arqui, después su cuerpo se te torció en su silla mientras cantaba - Vamos a hacer arañas con diamantina. Van a dar tanta suerte. Vamos a hacerlas brillantes. Para que no se vean asquerosas.

Volví a dirigir la atención hacia mi madre.

- ¿La gente realmente se apuntó para hacer arañas?

Bastones de caramelo (Aristemo) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora