Cinco.

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Miré a mi alrededor para ver si alguien me observaba pero nadie parecía estar prestándome atención.
Si Mateo era mi Santa secreto ¿él había hecho esto? Era muy poco probable. Por mucho que la profesora Castañeda nos sermoneara, él no se sentiría impulsado a realizar ningún acto de bondad hacia mí. Pero si él no era mi pareja ¿quién era?  Creía que definitivamente me lo había dado alguien de la clase de Asesoría. Cuando hicimos el estúpido juego del papel higiénico conté cuánto me gustaba Harry Potter. Y en realidad podía ser cualquiera, menos Ben y Temo. Ya sabía qué nombres les habían tocado a ellos.

Era un regalo extraño pero aún así muy...lindo. Mucho mejor que una corbata. Lo haría mejor la próxima vez.

(...)

Comencé a ver a Temo por todos lados. No estaba en ninguna de mis clases, pero me lo encontraba en los alrededores ¿Desde cuándo su casillero estaba a unos 30 centímetros por debajo del mío? ¿Siempre se atascaba a su puerta al intentar abrirlo? ¿Siempre le daba un golpe con el zapato para cerrarla?

Por un momento me pregunté si él alguna vez había reparado en mí, si alguna vez me había visto ¿ habría yo alguna vez destacado entre la multitud?

¿Desde cuándo Temo se sentaba en la cafetería durante el almuerzo justo en la mesa directamente detrás de la mía? ¿Siempre había estado su mesa tan vacía? ¿Sólo él y sus dos amigas?

¿Desde cuándo nos cruzabamos en el pasillo entre mi cuarta y quinta clase? ¿Siempre abrazaba sus libros contra su pecho de esa manera? ¿Siempre caminaba con la cabeza baja cuando sus amigas no estaban con él? Había cambiado mucho desde la primaria.

Y más importante aún ¿desde cuándo, al verlo reír con sus amigas, deseaba participar también en la conversación? Hasta hace unos días, Temo me daba completamente igual ¿cierto?

Me dije a mi mismo que Temo-radar únicamente estaba más activado debido al intercambio navideño. Solamente quería saber cómo era para así poder obsequiarle algo mejor que una pésima corbata. Necesitaba saber más sobre él, pero no podía simplente acercarme y hablarme. Nunca antes lo había hecho y si lo hacía ahora sería demasiado obvio. Se daría cuenta de que yo era su Santa secreto... O pensaría que estaba enamorado de él. Tampoco podía preguntar por ahí por Temo porque entonces serían los demás los que creerían que estaba enamorado de él. Lo cual obviamente no era cierto.

Una vez que llegué a casa de la escuela, decidí probar un ataque diferente, el cibernetico. No lo hackee ni nada, tranquilos. Tampoco me puse a stalkearlo, para nada, simplemente me puse a buscarlo en todas sus redes sociales.

Cuando busqué a Temo en facebook, su información resultó ser privada. Lo único que pude ver fue su foto de perfil, que ni siquiera era su rostro. Era un gatito blanco con manchas negras y una frase que decía  algo acerca de ser quien eres y decir lo que sientes. Eso no era de mucha ayuda. No fue hasta que entré al sitio de nuestra preparatoria que me di cuenta que la profesora Blanca era la encargada del club de tejido los martes, así que empecé a formar un plan.

(...)

Fui el primero en llegar al aula de la profesora Blanca después de clases le pregunté si podía ayudarme con mi tarea y fingí ignorancia (bueno la verdad sí tenía dudas) mientras ella me explicaba despacio algunas cosas del verbo to be. Era creíble que no fuera bueno en inglés porque... no soy bueno en inglés.

Me senté en un lugar estratégico que me permitía ver de repente hacia la puerta sin apartar mucho la vista de mi libreta. A medida que las alumnas empezaban a entrar, empezaban a empujar los escritorios lejos, quitándolos de en medio para que todas pudieran sentirse en el cielo en un gran círculo.

Bastones de caramelo (Aristemo) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora