Slate Warriors: El Contraataque

Ritrice: El Trueno que Habla. Capitulo XVI

XVI

Uno de los lugares más espectaculares de todo el continente de Bastelion eran sin duda las Cataratas de Tuvalia. Se encontraban al este y ocupaban gran territorio. Impresionantes saltos de agua a grandes alturas que daban la sensación de estar cerca de las nubes. Andrea adoraba la naturaleza, pero sentía gran afición a las cataratas y cascadas.

-¡Esto es hermoso de verdad! Como quisiera que los chicos estuviesen aquí. ¿Ese será nuestro punto de llegada?- Pregunto Andrea, ansiosa.
-Aun no. Debemos ir primero a un sitio. Y para eso, debemos pasar por aquí.
Su nuevo maestro, Ritrice - el llamado por muchos como el vigía de los Relámpagos - le mostró a la joven un paso adornado con arcos de grandes plantas que se encontraban sobre un sendero gramoso. Andrea quedo boquiabierta.
-Este lugar no deja de asombrarme.
-Te aseguro que hay sitios más espectaculares. Deberías ver el Valle de las Rosas en Hastelyer. Es un campo casi infinito de rosas de todo tipo- Menciono Ritrice mientras caminaba por el sendero.

Ritrice era el más joven de los hijos de Ryokusho, y también el que más conversaba. Para sus demás hermanos era difícil que se callara. Solo su padre tenía ese poder.
Mientras Andrea y el joven maestro pasaban juntos por ese camino vegetal, vieron al final de éste un campo lleno de árboles, y en la parte central, había una pequeña construcción. Tenía forma de cúpula; de color blanco marfil y con diversos símbolos que eran confusos para Andrea, excepto uno que identifico de inmediato.

-Es un reloj de arena. Ahí en la puerta- dijo señalándolo.
-Cierto. Es un reloj de arena. El que vive en este lugar, es uno de los más antiguos maestros del continente - Dijo Ritrice, bajando el brazo levantado de Andrea.
-Pensé que el maestro Ryokusho era el único maestro
-No. Este continente tiene 4 grandes maestros además de mi padre. Cada uno con una cualidad diferente. Los otros 3 son: Prophecy en el Bosque de Asphare, Benzeres en las Tierras de los Urxicaps, y...

Ritrice no termino de hablar, cuando un pequeño ser apareció de la nada al lado de Andrea.

-Y yo, por supuesto - Dijo aquel pequeño...anciano.
-¡Ahhh!- Grito asustada Andrea- Podría haber avisado que estaba aquí. Me asustó.
-Disculpa joven. No era mi intención asustarla. Permítame darle mis excusas y déjame presentarme. Soy el maestro Nisam. Protector de la Villa del Tiempo y purificador de las aguas.
-¿Villa del Tiempo? ¿Qué es ese lugar?- Pregunto algo agitada aun por el susto.
-Pues lo que señalaste al llegar- Dijo Ritrice. Esta construcción es la Villa del Tiempo.
-¿Usted vive ahí?- Pregunto Andrea dirigiéndose al pequeño anciano.
-No. Soy el guardián de este lugar, mas sin embargo tengo prohibida la entrada hasta que sea el momento adecuado.
-¿Vigila un lugar al cual no puede entrar? Eso suena extraño- Dijo algo indecisa Andrea.
-Créeme. Aun no es el momento para que eso pase. Pero este no fue el motivo de tu visita. Ya el maestro Ryokusho me ha puesto al tanto de todo. Vienes por tu entrenamiento. Síganme. Los llevare a mi morada.

Nisam los guio por un pequeño pasaje de rocas pulidas hasta el costado de un pequeño pozo de agua natural que recibía agua de una inmensa cascada. Andrea no pudo disimular su euforia. Al terminar de andar, el maestro Nisam se detuvo frente a una caverna excavada en roca.

-He aqui mi pequeña cueva.- dijo abriendo los brazos.- sientete como en tu casa.
-Gracias maestro- dijo Andrea con un poco de timidez.- pero, ¿aqui sera mi entrenamiento?
-no.- dijo Ritrice que estaba a su espalda.- Tu entrenamiento sera alla.
Andrea se giro para ver hacia que direccion veia su ahora mentor, cuando para su sorpresa miraba y señalaba hacia arriba.
-No me lo creo...Por Dios.- Dijo la chica admirada.

Ritrice estaba señalando la catarata mas alta del continente: la cascada Sulvenas. El agua que caia simplemente se veia como pequeños cristales que reflejaba la poca luz que se colaba de las espesas nubes del cielo.

- Es momento de iniciar este entrenamiento - Dijo Ritrice algo serio - Todo esto me recuerda a mis entrenamientos de guardian. Debia trabajar mucho para mantener mi fisico y mi mente. Esas cosas son importantes para el desarrollo de cualquier ser vivo...

Andrea solo escuchaba lo que él decia y se estaba aburriendo. No era mentira el hecho de que era el guardian mas parlanchin de todos; hasta que se cansó de esa charla y lo detuvo en seco.

-Maestro, se que lo que vivio debio ser excitante, pero la verdad creo que conversando no conseguiremos nada- Dijo la joven finalizando con una pequeña risa.
-Lo siento. A veces me dejo llevar por el momento. Muy bien. Te advierto que sera un entrenamiento rapido, pero muy importante.
-¿Rapido?- Pregunto la joven.
-Si. Me consta el nivel de deseperacion de mi padre por prepararlos rapidamente para poder detener a Mortiside. Cada minuto que pasa, es minuto que aprovecha ese maligno ser para hacerse mas fuerte. Asi que tu y tus amigos deben estar atentos ante todo lo que ocurra.
-Muy bien, y a proposito ¿Donde esta el Maestro Nisam?- pregunto la joven.
-Debe estar descansando. No hay que molestarlo.
-¿Descansando?- Dijo una voz detras de Ritrice- Creo que no me conoces lo suficiente, muchacho.
-¡Ahhhh!- Exclamo de nuevo la chica- Maestro, por favor deje de hacer eso.
-Disculpame de nuevo. Solo queria darte tu uniforme.

El pequeño ser le entrego un pequeño chalequin, una camisa muy pegada al cuerpo mangas largas, un pantalon de campaña y unas ligeras zapatillas.

-Ah maestro Nisam, Gracias.
-De nada joven. Disfruta este entrenamiento. Se que lo haras muy bien. Me regresare a la cueva. Si ocurre algo, avisame Ritrice.
-Lo hare si ocurre, Maestro.- Afirmo el joven guardian. Muy bien jovencita. Es hora de empezar.