Leila.
— ¿mateo va a venir?.— pregunto mi mamá emocionada.—
Mi mamá se había emocionado y demasiado cuando le dije que iba a venir Mateo. Pero no me podía olvidar la pregunta que me hizo Dylan cuando estábamos esperando a que mi mamá llegara por nosotros.
— admití que te sigue gustando.— cuestiono Dylan y ya quería que venga mi mamá.
— Te dije que no, él ya no me gusta.
— entonces ¿por que te pones nerviosa cuando se te acerco hoy y ahora?.— pregunto levantando una ceja, mamá ¿tanto vas a tardar?.—
— No me puse nerviosa. —mire para un lado al, haber si venís mi mamá.—
— No te creo, te sigue gustando.
Tenía ganas de matarlo, pero era mi mejor amigo y me conoce perfectamente, no puedo mentirle.
— si ma, pero por favor no hables sobre eso.
— tranquila, además no voy a estar tanto cuando él esté.— dijo sonriendo.— pero lo quiero conocer bien en persona.
Sonrío y me fui a buscar la computadora a mi cuarto, ya iban hacer las tres y en cualquier momento llegaría Mateo.
Estaba sentada en el sillón con mi celular en Instagram mirando memes y en WhatsApp hablando con las chicas y Dylan.
Cada rato Dylan me decía si estaba nerviosa o ansiosa por que iba a estar mateo conmigo y le dije que no, cuando si.
El timbre de abajo sonó y seguro que era el.
— ¿hola?.
— Leila, soy Mateo. —hablo del otro lado del micrófono.
— ahí te abro. —colgué y toque el botón para que se abriera la puerta del edificio de abajo.
Pasaron dos minutos y el timbre de mi puerta sonó, me paré del sillón y caminé hacia esta para luego abrirla.
Apenas abrí la puerta, estaba con un chupin negro, una remera blanca y una campera azul, y con la mochila en sus hombros. Estaba muy hermoso.
— Hola —hablo sonriendo y me saludo con un beso en la mejilla.— ¿todo bien?.
— todo bien, pasa. —me hice un costado para que pase y eso hizo, dios ayúdame.— ¿vos todo bien?.
— si, re cansado por que tengo que venir a estudiar, pero todo bien —dijo mirando el departamento y se puso a ver las fotos.—
— me imagino.— sonrío y este se dio vuelta dando dos pasos al quedar frente mío.—
— que linda que eras de chiquita.— señaló con la mirada la fotos que había atrás mío y giré para mirar dando un paso atrás, y poder alejarme la cercania que tenía con el.— nunca te vi sin anteojos.— mire hacia abajo, estaba nerviosa y mucho, volví a mirarlo y estaba demasiado cerca, este puso sus manos sobre las patillas de mi anteojos y me los saco.—
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[labios quemados]• trueno
Teen Fictiondonde mateo apostó por leila. • lenguaje argentino.