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Leila

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Leila.

Cerré la puerta y Dylan estaba acostado en el sillón mirando la televisión con una galletitas en las manos, este come y nunca engorda el Gil.

— ya se fue tu novio.— agregó con una sonrisa y luego comió la galletita que tenía en la mano, rodeó los ojos y empiezo a juntar mis cosas del colegio.— ¿chaparon?.— me quede inmóvil, no quería recordar lo que había pasado, encima pasó en el living.

— ¿De que hablas?.—junte mis cosas y lo mire arrugando mi nariz haciéndome la confundida, este se rio, dios ¿se habrá dado cuenta?.

Dylan se levantó del sillón y colocó el paquete de galletitas sobre la mesa, y empezó a reírse de nuevo, no veo el chiste Padilla.

— No sabes mentir Leila, te conozco desde hace mucho y cuando mentís arrugas la nariz.— sonrío con una sonrisa mordiéndose el labio inferior y me empezó a caminar atrás mío, dios tengo miedo.— además pregunto por el chupon que tenes en el cuello.

¿QUE?.

Me di vuelta para mirarlo.

— ¿COMO QUE TENGO UN CHUPON?.— corrí hacia el baño y me mire al espejo, dios mi mejor amigo tenía razón, un chupon en el lado izquierdo. En cualquier momento exploto, lo voy a matar a Palacios.— nonono.— empecé a pasar agua donde estaba y no salía, mi mamá me mata, nunca le gustaron los chupones y menos a mi.—

— ¿Me parece a mi o Drácula Palacios apareció?.— contesto Dylan con una sonrisa, lo mire y estaba apoyado sobre el borde de la puerta.

— Dylan no estoy para tu chistes, mi mamá ve esto y me mata.— me volví a mirar al espejo y era rojo.— y menos a ella que no le gusta.

— ¿Tenes base de maquillaje?.—preguntó y lo mire sorprendida.— ¿Que? Te pensas que mi hermana no hacía lo mismo, una vez cuando salía con Damián siempre tenía chupones de él y mi viejo no le gustaba, entonces la vi poniéndose base.

— Ayúdame entonces, mi mamá va a llegar en cualquier momento y no quiero que vea esto.— busque en el estante la cartuchera de maquillaje de mi mamá y por suerte había.— toma.

(...)

Estábamos bajando el ascensor con dy, íbamos a ir a comprar helado ya que mi madre me dio Plata y por suerte no sospecho de nada. Además ni se abra dado cuenta por que vino cansada con millones de carpetas de fotografías, si mi madre también es fotógrafa y hace fotos para modelos y famosos.

— ¿Te gusto el chape no?.— me pregunto Dylan sacándome de mis pensamiento y lo mire colorada.— creo que si. —reímos.

— Te juro dy que ni yo me lo creo.— me mordí el labio inferior y sonrío.

— Al menos se te cumplió el sueño Leila.

[labios quemados]• truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora