-¡Bienvenida a Happy Hotel! Soy Charlie- se vio interrumpida su presentación por un demonio rojo.
- ¡Cariño! Bienvenida que bueno que llegas Niffty necesitara ayuda por aquí y hemos pensado darles unos toques mas elegantes por aqui- comenzó a hablar...
-acabe de ver el hotel y a pesar de que su estructura no se ve bien esta estable- le comente a Charlie sonriendo mientras aparecía una lista en la cual había anotado varias ideas junto a Niffty y Alastor- tengo algunas ideas que tal vez te lleguen a gustar bastante para la apertura y para lograr redimir a los demonios.
-¡Perfecto! ¡Esto es emocionante! La mayoría de los chicos no están tan de acuerdo con la causa- comento ella mientras me extendía una tasa de café. Se la recibí pero la deje de lado.
-Eso pude ver- comente- Al esta muy emocionado por ver como fracasan- solté una risita sin malicia- pero tranquila yo te ayudare lo mas que pueda.
-¿Porque? -pregunto observandome curiosa.
-Porque me gusta ayudar- respondí arreglando los papeles- siento que es horrible que exterminen a los demonios llevándolos a un limbo... Es triste- le entregue los papeles y tome la tasa de cafe. Me retire antes de que pudiera decir algo, camine por los pasillos encontrándome con Niffty.
-¡Oh! ¡Espera Yadir! ¡Aun no te enseñe tu habitación!- dijo Charlie corriendo hacia mi.
-No hace falta dormiré con Alastor- le sonreí al ver las caras plasmadas de ella y Vaggie que iba pasando justo en ese momento.
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Camine rápido con Niffty -realmente corrimos- sin dejarla reaccionar, ya lejos nos reímos a carcajadas por su cara.
-Niffty, muchas gracias por tu ayuda hoy- le sonreí y le acaricie la cabeza.
-No hay de que- soltó una risita- aun hay cosas que hacer pero es tarde así que ve a descansar- me dedico una sonrisa.
-tu también descansa Niffty- le correspondí y camine estirando mis alas la cuales poco a poco se fueron ocultando hasta llegar a la habitación de Alastor. Entre con una sonrisa encontrando a Alastor con una tasa de café mientras leía.
-ya volvi- dije sentándome a su lado y enseñándole la tasa de café haciendo que suelte una carcajada.
-¿Te dio café?- pregunto de forma graciosa dejando su libro de lado- te iban a dormir.
-no se como ni en el infierno se me quita eso- me levante dirigiéndome al baño.
Narrador omnisciente
Mientras la demonio se bañaba, poco a poco se podía sentir un aroma exquisito para cualquiera que estuviera presente. El de rojo se levanto rápidamente quitándose el saco y la corbata entrando al baño donde se encontraba la de alas ocultas.
De un momento a otro el aroma ya había desaparecido quedando encerrado en el cuarto de baño donde dos demonios se encontraban muy juntos debajo de la regadera, una con una mordida que se veía dolorosa y lagrimas en los ojos y otro con una marca roja en la mejilla.
-¿Porque siempre que pasa no avisas?- pregunto la de alas ocultas entre lagrimas.
-Porque me gusta tu reacción siempre que lo hago- dijo ayudándola a bañarse.
