-¡Bienvenida a Happy Hotel! Soy Charlie- se vio interrumpida su presentación por un demonio rojo.
- ¡Cariño! Bienvenida que bueno que llegas Niffty necesitara ayuda por aquí y hemos pensado darles unos toques mas elegantes por aqui- comenzó a hablar...
El de rojo había vuelto de su 'caza', se encontraba feliz, la de manchas lo esperaba por lo que termino mas temprano que lo previsto. La chica la cual había tenido una platica con Charlie sobre como seria el show estaba agotada por el entrenamiento con Angel y su practica con el violín.
Y solo queriendo buscar un poco de calma llego a la habitación de Alastor, al sentir el aroma de la persona amada todo estrés desapareció, se sentó en el sofá encontrando una camisa de este por lo que se quito su blusa para ponerse esta -ella llevaba un short y una blusa x ya que había entrenado antes- dejándola abierta para mas comodidad -no mentire, muchas chicas se la dejan abierta solo por comodidad-. Tomo un libro del estante y se recosto en la cama, vudú, sobre eso leía, pero, el cansancio le gano. Cayó dormida sin darse cuenta.
El de rojo por otro lado, pensaba en darse un baño e invitar a cenar a la de alas ocultas, pero al entrar a su habitación y sentir una suave calidez se quedo pasmado -por un segundo- viendo que la de manchas estaba durmiendo con la respiración pesada y tranquila. Se iba a acercar pero el simple hecho de sentir su propio aroma se alejo, no podía tocarla oliendo así, el aroma a almas suele ser pesado para ella si eran almas demasiado impuras.
El simple hecho de verla en su habitación le causaba una sensacion como si le hubiera caído agua caliente en el pecho. 'Calma' tal vez era eso, se aseo para luego acostarse y observar con curiosidad a la chica. Muchas veces sintió 'hambre' -como el lo definio*- sin embargo nunca trato de comérsela como lo haría normalmente, el hecho de que le daba calma y quería estar cerca de ella, le hacia sentir que era una debilidad. Pero con el hecho de que ella quería estar cerca de el y que su poder fuese tan grande -poco mas que la de el- le hacia pensar que esa debilidad no era tan débil, y que, por otra parte fuera la hija adoptiva de Lucifer y un alma pura que era codiciada por el mismo 'cielo', le hacia pensar que en cualquier momento se la podrían arrebatar.
'No pasara' parecía repetirse mucho en su subconsciente -el cual pensaba que había desaparecido-. Sin embargo, sentía que algo se acercaba y que no le gustaría para nada. El haría todo lo posible para que la de mirada morada no fuese apartada de su lado.
El dejo de pensar en todo eso cuando el cuerpo de la demonio se apego al suyo, el de rojo no pudo evitar jugar con sus rizos y tocar esos frágiles y delgados cuernos de la chica. Era curioso como el solo hecho de que este ella todo se llenaba de luz, era extraño todo lo que había cambiado la demonio en su no-vida.
"El demonio de la radio caminaba tranquilamente por un tétrico parque el cual se encontraba casi vacío, si no fuera por el extraño demonio que se encontraba sentado en una banca. El cual poseía un aura algo extraña, el de rojo no se acerco ya que no lo encontró lo suficiente mente interesante, solo le parecía un poco curiosa su aura y el hecho de que llevaba una capa de un color negro que no dejaba ver nada.
Simplemente se alejo de ahí completamente aburrido de la monotonía."
Notas algo curiosas:
*: lo que el define como hambre y la sensación de calidez, es un sentimiento que el no puede definir. Porque el si desea comérsela pero a la vez no y eso lo confunde y le parece muy curioso.
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