La profecía

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Llueve sangre.

Gotas rojas caen del oscuro cielo, como si miles de almas las estuvieran derramando tras ser abiertas en canal. Una lluvia constante que, lejos de menguar, no cesa de crecer.

Debajo, un inmenso mar de sangre emerge. Todopoderoso y atrayente, las olas se baten impetuosas y salvajes mientras se sigue llenando con las cascadas de hemoglobina que precipitan desde arriba. Creciendo poco a poco, se hace más inmenso y temible.

Y los llama. Cada nocturno responde a su grito de reclamo. Todo quieren beber de él, retornar al líquido primordial que les dio la vida y los hizo lo que son hoy.

Mar de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora