07 » Algo Pendiente

532 42 18
                                    

—No creo que sea necesario pero lo diré de todas formas. Ámbar, ¿quieres ser mi novia?

Sabía que algún día San me lo preguntaría pero jamás pensé que llegara a preguntarmelo tan pronto. A tan sólo un mes de habernos conocido y él ya me estaba haciendo esta pregunta. No sabía qué responder. Normalmente un mes era bastante tiempo para mí para decir que sí pero el tiempo que pasamos juntos hasta ahora no era equivalente siquiera a una semana. Era muy poco tiempo.

Tomé la mano de San y la alejé de mi rostro. San me miró desconcertado y se hizo unos centímetros hacia atrás para darme mi espacio personal.

—¿No-no quieres... ser mi novia? —Sus ojos se llenaron de tristeza y casi me doy una bofetada por no haber respondido que sí al instante.

—No es eso. Tú sabes cómo están las cosas. No podemos estar escondiendonos porque tarde o temprano la gente se dará cuenta.

—Pero ya te dije que a mí no me importa lo que la gente diga de nosotros. —Se levantó y comenzó a golpear el aire—. Yo te protegeré así. —Continuó golpeando el aire y yo comencé a reír por su actitud tan repentina y graciosa—. ¿Sí? —Se tranquilizó y me miró. Acomodé su cabello y le sonreí antes de alejar mi mano. Él tomó mi mano entre las suyas y suspiró—. Supongo que aún no es tiempo, ¿verdad? —Yo negué—. Entonces esperaré hasta el día de tu debut para volver a preguntartelo pero debes prometerme que no te negarás esta vez.

Me quedé callada. No quería tener que prometer algo a lo que ni yo estaba segura que pasaría. Quién sabe cuándo sería el día de mi debut. ¿Qué si jamás debutaba? San no podía estar esperando tanto tiempo.

Me levanté de mi lugar y lo miré—. ¿Podemos regresar a casa?

San tomó mi mano y me detuvo antes de que yo pudiera dar un paso. Me hizo girar y quedar frente a él y tomó mi otra mano también.

—Prométemelo.

—San... —Forcejeé con él pero no pude lograr hacer que se pusiera de pie o me soltara—. Por favor, San. Quiero ir a dormir.

—Bien. —Dejó ir de mis manos y se puso de pie.

San comenzó a caminar sin esperarme y yo me quedé parada en mi lugar sin poder creer lo que acababa de suceder.

¿En verdad estaba San enojado conmigo ahora?

—Vamos, Ámbar, no te quedes ahí parada. Quiero regresar a casa temprano para poder dormir. He tenido un largo día hoy.

Comencé a caminar lentamente y lo seguí de regreso a nuestro edificio. Al llegar frente al elevador, San me dejó pasar y él se quedó afuera de éste mirándome hasta que las puertas comenzaron a cerrarse.

Presioné un botón y las puertas volvieron a abrirse—. ¿No piensas entrar?

—Iré por las escaleras. —San se dió la vuelta y yo salí del elevador para ir detrás de él.

—San, perdón.

—No tienes porqué disculparte.

—Claro que sí. Mírate. Ahora estás enojado conmigo.

—No estoy enojado.

—¿Entonces? —San continuó subiendo las escaleras y yo lo seguí—. San. —Me ignoró—. San. —Volvió a ignorarme—. Sanie. —Nada.

Tomé su mano pero él me ignoró y continuó caminando con la cabeza agachada mirando los escalones bajo sus pies.

Cuando llegamos a nuestro piso, tiré del brazo de San y San finalmente se detuvo. No se giró para verme así que yo tuve que caminar hasta quedar frente a él. Con mi otra mano intenté levantar su cabeza para que me mirara a los ojos pero él alejó mi mano con la suya.

Promise » Choi San [ATEEZ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora