Promise » Choi San [ATEEZ]

09 » Una Promesa

Al día siguiente desperté más tarde de lo habitual ya que no me había despertado mi alarma. Estos días no la necesitaría.

Me estiré aún acostada y estaba apunto de levantarme cuando recordé que no iba a poder ponerme de pie. Suspiré y mejor decidí por lo menos sentarme en la cama y recargué mi almohada contra la pared detrás de mi espalda.

Miré alrededor de mi cama en busca de Skipper al recordar que ayer no lo había visto por ningún lado y esperando a que el peluche estuviera aquí a mi lado pero no lo estaba. Al parecer si había vuelto a desaparecer.

—...Al menos de que se hubiese caído debajo de la cama. —Me incliné hacia la orilla de la cama para ver el suelo y me sorprendí al encontrarme con una bolsa—. ¿Qué es esto?

Levanté la bolsa del suelo y me puse a ver lo que había dentro de ésta.

Había una sopa ramen y un jugo de uva. También había una pomada la cual suponía debía ser para mi tobillo.

¿Extraño? No lo creo. Alguien debió haberlo dejado para mí.

En la mesita de noche ví que había un recipiente con comida y un jugo de naranja que Yunho había dejado para que yo desayunara. O al menos eso es lo que decía la nota que me había dejado.

No me sorprendía que Yunho hubiese entrado temprano antes de irse a la compañía ya que suponía que no había cerrado mi puerta con seguro ayer antes de irse para así poder entrar sin tener que molestarme. Y tal vez había sido él quien había dejado la bolsa junto a mi cama.

Volví a dejar la bolsa en el suelo y me puse a desayunar lo que Yunho me había traído. Al terminar, tomé mi medicamento y después desconecté mi celular del cargador y me puse a ver una película ya que era lo único que podía hacer sin tener que levantarme de la cama.

Terminé de ver la película después de casi dos horas. Ahora eran las doce del medio día así que decidí que la siguiente mejor idea era ponerme a ver una serie para no estar aburrida. Tal vez podría llegar a terminarla en estos ocho días que estaría descansando.

Estuve viendo varios episodios hasta que alguien llamó a mi puerta.

—¿Cómo te sientes? —Yunho entró por la puerta y se acercó a mí—. Veo que sí te comiste lo que te preparamos para desayunar. También te has tomado tu medicamento —dijo viendo el recipiente de comida vacío. Y las pastillas que había dejado en la mesa de noche ya no estaban ahí porque ya me las había tomado con el agua que me había dejado aquí ayer.

—Estuvo delicioso el desayuno. Muchas gracias —dije poniendo mi celular a mi lado.

—De nada. —Tomó el recipiente y lo cerró—. Me llevaré esto. —Sus ojos miraron la bolsa en el suelo junto a mi cama y la levantó para ver lo que había adentro—. ¿Quién te trajo esto? —preguntó con una sonrisa.

—¿No fuiste tú? —pregunté confundida.

Yunho negó—. Yo sólo te traje de desayunar. —Se llevó la bolsa a la mesa y sacó la sopa ramen, el jugo, y la pomada la puso en mi mesita de noche—. Tal vez debió haber sido tu manager o tal vez alguna de las chicas quién te trajo esto.

—No había pensado en eso. No creo que haya sido mi manager pero tal vez pudo haber sido alguna de las chicas. Tal vez Yura. Ella también vive en este edificio.

Si mi manager había hablado con las chicas ayer, seguro Yura había pasado esta mañana por aquí y había dejado la bolsa al ver que mi puerta estaba abierta.

Se lo agradeceré cuando venga a visitarme.

—Sí. Tal vez fue ella. —Yunho regresó a la mesa y tomó la sopa ramen—. Te prepararé esto para que puedas comer ahora.