Los personajes no me pertenecen, simplemente los he tomado prestados para esta historia.
—¿Está todo listo?— preguntó Inojin ansioso siguiendo a su padre por toda la tienda.
—Lo está, Inojin, lo está— decía Sai exasperado—, tranquilo, todo saldrá bien.
—Eso espero— dijo con una sonrisa antes de marcharse a la calle.
Hoy era el día, el día en que cumplía tres años estando con Himawari, tal vez ella no estaba del todo bien paea celebrarlo, pero al menos tenía algo planeado; algo que subiría su ánimo para seguir a pesar de la situación.
Caminaba con tranquilidad por algún regalo material que encontrara para darselo después, cuando un pesado cuerpo se posó en su espalda, fingió una sonrisa mirando a la chica que tenía en frente de él.
—Hola, Inojin, ¿puedo acompañarte?— a pesar de las negaciones de Inojin, esta no se rindió y lo siguió, cada vez juntaba su cuerpo con el brazo de Inojin.
—Ai, ¿puedes comprar algo de beber?— dijo con firmeza mientras la chica iba saltando feliz por el encargo, suspiró y optó por sentarse.
Miró el interior de la bolsa de compras, había un reloj, un espejo, y otra cosa que desconocía un poco, era un tonto ¿Cómo pudo comprar todo eso? Y todo idea de Ai justificando que a las chicas de su edad ya deberían de arreglarse más, que tontería. Tendría que regalar todo eso a alguien más, y miró a la persona perfecta, Chou Chou venía hacía donde estaba él.
—¿Qué tal?— preguntó con alegría— ¿regalos?
—Tres años— respondió.
—No creo que eso le guste— reía mientras señalaba más el maquillaje—, ella no lo necesita.
—¿Quién no lo necesita?— Ai interrumpió la conversación entregando una botella de agua fría en las manos de Inojin, Chou Chou la miró con seriedad.
—Himawari— respondió la morena con una sonrisa, Inojin miraba la escena divertido.
—Pueees...— alargó la palabra haciendo que Chou Chou riera ante esa respuesta—, bonita si es, pero yo creo que no es tan linda al lado de Inojin, él es muy guapo y varonil; una perfecta combinación de su madre con su padre, y ella...simplemente es ella.
Inojin la miró con molestia y tomó el agua dandole una mirada suplicante a Chou Chou, ella asintió y se dirigió a Ai.
—Entonces ¿crees que eras más bonita que ella?— replicó la morena sentándose a la fuerza entre los dos.
—¿Qué? ¡Claro que si!— argumentó con molestia al mismo tiempo que se paraba de su asiento—, me voy.
Chou Chou soltó una carcajada con ganas e Inojin solo negó irritado. Después él le regaló las cosas que había comprado, ella se negó al principio hasta que notó que el rubio le estaba rogando.
Siguió caminando por la fría aldea mirando a algunas personas que comenzaban a colgar los adornos de navidad. Y aquella celebración estaba cerca, sonrió con nostalgia mirando el cielo estrellado y siguió buscando el regalo perfecto, hasta que lo vio, en una repisa descansado como si lo estuviese esperando.