Antes de todo

1

— Para entender lo que hice, debéis de entender lo que soy

Capítulo uno - Mi Historia

Killian Jones, hijo del capitán Brennan Jones. Mi padre siempre fue un apasionado de la marina, se alistó en cuanto supo de su existencia con 12 años de edad. Él sabía perfectamente que siempre había querido navegar y su gran sueño era ser capitán del Jolly Roger, el mejor barco pirata de todos. ¿Pero por qué quería aquel barco y no otro cualquiera? Pues bien, nunca quiso ser pirata, los odiaba a todos y cada uno de ellos y, por esta misma razón, quería apoderarse del Jolly Roger y, así, demostrarles a todos que un barco pirata podía ser para hacer el bien. Viajó toda su niñez y adolescencia junto a una tripulación, empapándose del habla y de la jerga de la mar.

Una vez que se hizo adulto, conoció a mi madre, entre otras muchas más mujeres, de la cuál solo puedo deciros que era hermosa, tenía largos cabellos morenos, casi rizados, y probablemente hubiera sido la mejor madre de la historia. Pero desafortunadamente, tuvo un final trágico. Ella tuvo a mi hermano mayor, Liam, con quién me llevo tan solo tres años, o mejor dicho, llevaba. Ella lo quería todo para él, hasta que pidió un hermanito. Mi madre sabía que en aquella época podía ser arriesgado tener otro hijo; mi padre, a pesar de seguir con su tripulación, apenas ganaba dinero, no era fácil mantener a un hijo, dos ya sería un mayor problema. Por eso, mi madre comenzó a trabajar en una taberna. La trataban mal, le gritaban, le llegaban incluso a pegar hombres de bien, aunque pareciera mentira, el único cliente que la trataba bien era un pirata. Siempre le ocultó esto a mi padre porque sabía que él era capaz de amenazarle con la muerte, e incluso llegar a matarlo si tocaban a su esposa.

Una vez que mi madre había ahorrado lo que ella creía como suficiente dinero, decidió tenerme a mi. Durante el parto mi madre se encontraba enferma, pero aún así pudo tenerme y sostenerme en sus brazos. Hasta que, en una noche de paz y tranquilidad en el barco en el que vivíamos, unos piratas saqueadores usurparon la vida de mi pobre madre.

Mi padre, ante tal acto, solamente pudo coger su pistola y matar de una sola bala en el pecho al pirata que había matado a su mujer. Pero aún había más piratas. La tripulación comenzó a luchar con espadas. Unos cayeron, y otros sobrevivieron. Mi padre, se ocupó de guardar los objetos más preciados en una bolsa de cuero que había bajo la cama; despertó a mi hermano para que se encargara de mi, que tan solo tenía meses de vida. Y, sin esperarlo, Brennan y Liam se metieron en la pequeña barca que disponían en el barco y saltaron dentro de ella al inmenso océano en plena noche.

Tras días remando, una tripulación aceptó a mi padre y pudieron mantenernos vivos a los tres.

Cuando cumplí los 5 años, mi hermano quiso contarme toda la verdad acerca de Senna, nuestra madre. Era la primera vez que escuchaba su nombre. Recuerdo haber llorado por aquella historia, la historia que os he intentado reflejar mientras mis lágrimas caían, una vez más, tras pensar y recordar a mi madre.

Continuando con la historia de mi padre, acabó siendo el capitán del Jolly Roger a base de luchar contra miles de piratas, teniendo el apoyo de su nueva tripulación. Una vez obtuvo el barco, no quería nada más. Lo último que le quedaba por hacer era enseñarnos a Liam y a mi el oficio de ser hombre de la mar, porque en algún momento, el moriría y nosotros seríamos los responsables de aquel barco. Y así sucedió. Pasamos Liam y yo nuestra adolescencia en el timón del barco, en las velas e incluso en las tabernas de los reinos a donde ibamos, comenzando a consumir cerveza. Cuando mi padre murió a manos de una lucha en el reino de Cora (sí, Cora Mills, la madre de Regina), mi hermano con 23 años se hizo a cargo del Jolly Roger y de todos los tripulantes.

Sinceramente, fue mejor capitán que mi padre, cosa que creía imposible. Todos le adoraban, todos excepto los piratas. Afortunadamente, nunca me faltó nada a su lado, pero me sentía inútil, ser el ayudante del capitán, o “el ojito derecho del capitán”, como decían algunos, no era una tarea entretenida y mucho menos bien vista. Todos me tenían envidia, y mi hermano sólo me protegía. Con 20 años yo comenzaba a ser odiado, y mi ira comenzaba a alimentarse cada vez más.

Pasé 5 años más de burlas y peleas (incluso en las tabernas) simplemente por ser quién era, por estar en un barco llevándome méritos por ayudar a mi hermano, porque otros me tenían envidia e inventaban historias acerca de mi. De hecho, esto supuso una ruptura con la primera chica con la que estuve. Ella me creía como un buen tipo, lo que era, pero al escuchar aquellas falsas historias, simplemente me golpeó en la cara y se largó para siempre. Mi primer amor, huyendo por algo que era mentira.

A partir de ese momento, supe que no podía seguir siendo quién era, y tendría que convertirme en el malo de la historia al que todos odiaban y con el que todos se reían sin piedad. He llegado a golpear a millones de hombres por juzgarme, mujeres me han insultado y tirado cerveza a la cara cada vez que pedía una, pero nunca les he puesto la mano encima, aunque ellas incluso llegaran a hacerlo en mi mejilla en más de una ocasión.

Mi vida adulta comenzaba a ser cada vez peor, denigrante me atrevería a decir. Hasta que me convertí en el hombre malo, ese hombre sin piedad que solamente era capaz de hablarle bien su propio hermano. Miraba mal a todos, excepto a las mujeres, porque sentía la necesidad de relacionarme con ellas, sexual y oralmente (entablando cualquier tipo de conversación), pero la mayor parte de veces era rechazado.

¿Os parece duro esta situación? Todo lo que me ocurría era así, duro, frío, un mundo lleno de maldad, y tenía que unirme a él, porque darle la espalda no servía de nada.
Entonces, comencé a plantearme en dejar a mi hermano y unirme a la tripulación pirata, pero no podía hacerlo, en mi interior aún quedaba un pedacito del bueno de Killian.