¿Qué pasaría si tu familia se enterara que estas locamente enamorado de tu hermanastro?
Esa pregunta seria se la hacía Joaquín, tenía siempre esa misma pregunta, pasando todo el tiempo por su cabeza y dejándolo en las nubes todo el tiempo.
Su madre...
La mayoría de las personas cuando hablan acerca del amor lo hacen como si fuese lo mejor que te puede llegar a pasar en la vida, que estar enamorado es una experiencia demasiado magnífica y poderosa como para que pase desapercibida ante nuestros ojos.
Pero, si hay algo de lo que estoy seguro, es que no es así.
El amor puede hacerte feliz, así como débil. Puede reconstruir tu corazón, al igual que romperlo en miles de pedazos con mayor fuerza, dejando cada uno de ellos desgarrándote por dentro hasta acabar contigo. Y no importa cuanto te aferres a que no ocurra o cuantas barreras formes alrededor de tú corazón para protegerlo, porque, en realidad nunca estamos preparados, simplemente sucede, cuando te das cuenta de que esa persona está ahí, cuando lo ves, cuando lo besaste por primera vez, el mundo se detiene. Mi mundo se detuvo cuando besé a Joaquín, ahora los días lucen diferente. Todo luce diferente.
Tal vez esa es la razón por las que las personas suelen hablar del amor como algo grande. Algo que todo el mundo necesita en su vida.
Y, entonces, en algún momento de nuestra vida, llega una pregunta
¿En verdad vale la pena enamorarse?
Pues antes no tenía respuesta para aquello, pero ahora con Joaquín junto a mí, esa pregunta tiene todo el sentido, vale la vida, vale los segundos, vale las risas y el llanto, vale la pena que me destroce el corazón una y otra vez, lo vale todo enamorarme de Joaquín. Porque al fin y al cabo todos los Emilio Marcos se enamoran de su Joaquín Bondoni.
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Los/Las amo¡¡¡¡
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