Querida Gin:
Hoy llevabas tu vestido favorito,
Ese de flores,
Y la sonrisa triste.
Olías a oscuridad
Y sabías a palabras no dichas.
Tu gorro de lana
Y tus gafas de sol iban contigo.
No preguntaste nada sobre mí;
Solo asentías mirando hacia el suelo.
¿Contabas tus pasos, Gin?
¿Hacia dónde querías ir?
Ah, y algo más:
Creo que te quiero.
-Phileas.