Capítulo 20

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Narra Miriam

Me sorprendió llegar a la puerta del hotel y ver a Ana allí plantada con un bonito vestido blanco y corto. Su pelo estaba perfectamente ondulado y estaba apoyada en la puerta mirando su móvil.

Me quedé un rato parada y paseando mi mirada por su cuerpo para fijarme en cada centímetro de él.

Sonreí como una tonta y me acerqué a ella. Me puse enfrente suya, y al darme cuenta de que estaba tan pendiente al móvil que ni se había fijado en mí, decidí quitárselo de las manos.

La canaria abrió sus ojos al ver desaparecer su teléfono y cuando subió su mirada para cruzarla con la mía, me lancé sobre sus labios y los besé con pasión.

Aquel gesto le pilló un poco desprevenida y tardó un poco en reaccionar. Pero finalmente sonrió en mitad del beso y enmarcó mi rostro con sus manos para profundizar el beso.

Cuando pensé que ya le había dado un buen beso, me separé con una sonrisa.

-¿Qué haces aquí? Creí que me ibas a dar tiempo a prepararme un poco.

-Y lo iba a hacer. - rió la canaria. - Lo único es que tenía muchas ganas de verte, pero si llego a saber que ibas a tardar tanto... ¿No tenías ganas de ver a tu novia, gallega?

-Muchísimas. - dije agarrando su cintura y besándola con ternura.

La morena me agarró de la mano y tiró de mí para entrar en el hall del hotel.

-¿A dónde vas con tanta prisa?

-A tu habitación. - sonrió. - Así te preparas y también veo la cama donde voy a dormir esta noche.

-¿Quién te ha dicho que vayas a dormir en ella? - pregunté divertida.

-Bueno, realmente no sé si vamos a dormir... - rió. - Lo que sí sé es que la vamos a utilizar.

Rodé los ojos con una sonrisa y dejé que Ana tirara de mí para llegar al fin a mi habitación.

Ana abrió la puerta con rapidez y echó un vistazo a mi habitación. Paseó un poco por ella y me miró divertida al ver la cama un poco desordenada con toda la ropa que había sacado para ponerme hoy en la firma.

Me sonrojé un poco y me acerqué a la cama para guardar toda la ropa bajo la atenta mirada de mi novia.

Ana apoyó su cuerpo en la pared y me miró mientras acababa de recoger todo el caos que había en la habitación.

Cuando todo estuvo limpio, me senté en el borde de la cama y le miré con una sonrisa un poco tímida.

-Lo de tener recogida la habitación cuando viene una visita no te va mucho, eh leona. - dijo sentándose a horcajadas sobre mí.

-Bueno, es que no sabía que venías.

-¿Y dónde pensabas que iba a acabar nuestra cita?

-Cállate ya, tonta. - dije riendo y besándola con ganas.

La canaria se dejó llevar por mi intensidad y simplemente enredó sus dedos en mis rizos.

Nos estuvimos besando con cariño y las dos nos habíamos echado tanto de menos que cuando noté que las manos de Ana se colaron bajo mi camiseta y tiró de ella, subí mis brazos para que se pudiera deshacer de ella con facilidad.

No tardó en volver a besarme con intensidad y acarició suavemente mi vientre.

Se inclinó un poco sobre mí para tumbarme poco a poco, poniéndome bajo ella.

Lo Haremos Bien | Wariam Donde viven las historias. Descúbrelo ahora