Mi diario

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Hola diario te habló por primera vez eres mejor regaló en mi cumpleaños dado por mí papá, soy Victoria McKeena tengo 8 , vivo en un pueblo pesquero en Irlanda, mi casa pequeña y húmeda , no es una época realmente muy feliz, mi mamá murió no se habla de eso en casa.

Mi papá se va todos los días a pescar yo organizo la casa y estoy ocupada cortando pescados para el almuerzo.

Sigo pensando que estoy sola, miró hacia él mar buscando una respuesta para mi soledad.

Las tardes son aburridas voy a él mar a la playa, en aquel lugar que siempre se ve como si fuera a llover, húmedo y tranquilo.

Me quitó las botas y pongo mis pies para sentir que el mar acaricia mis pies.

Dicen la gente del pueblo que en él mar viven creaturas llamadas selkies las doncellas del mar enomoran las cuales enamoran a los hombres.

Pues al subir a la superficie se transforman en hermosas doncellas y hermosos jóvenes.

En realidad las leyendas yo no las creía, pero derramé lágrimas por ser una niña infeliz, mi mamá se había marchado y mi padre nunca estaba en casa hasta se iba durante semanas.

No tenía ni un sólo amigó ni nadie que quisiera amarme, cuando iba al pueblo me decían fenómeno; tampoco cuando creciera no había nadie con quién casarme sólo pescadores como mi padre.

Groseros y sucios con olor a licor, era tontería vivir aquí, siempre lo fué.

Me senté en al lado de unas rocas en un lugar apartado de las personas que eran ignorantes y charlatanas. Personas horribles que criticaba siempre.

Del mar ví salir una hermosa foca color marrón, con grandes ojos, pero no me asusté sólo la gente malvada las mata por su piel.

Observe el frío atardecer mí padre no regresaba aún sólo era un hombre solitario pero se fue con sus amigos.

Miré a la foca descansando y dije.

-Es horrible estar aquí no tengo a nadie-con tristeza y desgracia.

Me levanté y me marché con mis botas en la mano, el vestido sucio.

Regresé a casa por él caminó ya en él anochecer.

Siempre sola y observando el crepúsculo, hice la cena había poco pues la huerta aún no había dado nada. Éste pueblo era pobre y él que se quedaba con el dinero de todos era él señor que tenía una gran mansión a él norte.

Rara vez vení eso era un jamás pues su dinero estaba lejos en alguna parte de Escocia.

Las noches intranquilas y amargas pues niños hijos de las mujeres odiosas del pueblo tiraban piedras o robaban la pequeña huerta.

Quería huir pero no tenía dinero esperaba morir en algún momento.



Mi Primer Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora