Años atrás, __ era una muchacha rica y Dokyungsoo, el hijo de la sirvienta... ahora las cosas habían cambiado.
Dokyungsoo había regresado convertido en un hombre rico con la intención de vengarse de ___ Clark y de su familia por haber destruido su...
Mientras volvían hacia el coche, ___ no podía dejar de pensar en la velada que habían pasado juntos, juntos... una palabra que expresaba mucha intimidad para usarla con Kyungsoo.
Él le abrió la puerta y esperó hasta que ella se sentó y se puso el cinturón de seguridad, ella lo observó mientras él iba hacia su puerta y apreció su figura musculosa y la elegancia de sus movimientos, cuando Kyungsoo se sentó, miró fugazmente los pechos de ella, como si no pudiera evitarlo
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Kyungsoo: Estaba pensando que podríamos tomar otro café o lo que sea, propongo mi casa o la tuya, pero acepto cualquier otra idea
___ sintió ganas de ver el sitio donde iba a vivir
___: Podemos ir a tu casa
Kyungsoo: De acuerdo
Kyungsoo puso el potente motor en marcha. Su casa no era como ella se la había imaginado, ella había supuesto que sería una casa con la opulencia típica de un nuevo rico, pero cuando la vio, comprobó que era de un tamaño reducido y que se diferenciaba sólo lo justo de las de sus vecinos, lo acompañó hasta la puerta de entrada entre el aroma a jazmín, el vestíbulo tenía baldosas negras y blancas y la escalera subía elegantemente, no como la espiral de madera negra y amenazante de la casa de sus padres
Kyungsoo: La cocina está por aquí, si lo necesitas, el cuarto de baño está en la primera puerta de la izquierda
Ella fue al cuarto de baño, no porque lo necesitara especialmente, sino porque quería estar sola un momento, se miró en el espejo y se preguntó qué iba a hacer, en ese momento, Kyungsoo era toda amabilidad, pero ¿qué pasaría cuando ella tuviera un anillo en el dedo? ella iba a ser un trofeo, un botín de guerra.
Él había esperado mucho tiempo para estar con ella y, sin duda, había planeado la venganza hasta el más mínimo detalle, sintió un escalofrío, pero al secarse las manos con la delicada toalla se preguntó quién mantendría tan ordenada la casa.
Todo estaba en su sitio y no había ni una mota de polvo. ¿Esperaría él que ella hiciera ese trabajo o sus amenazas sólo pretendían echarle en cara el trato que habían dado a su madre? Él estaba esperándola en la cocina con una bandeja con dos tazas de café humeante, una botella de licor, dos vasos y una barra de chocolate, sus ojos se dirigieron directamente al chocolate y la boca se le hizo agua
