Capítulo 10 |Infiel Felicidad|

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El diario de tu madre, te mostrara las respuestas, no es momento que hagas un escándalo.

Mi madre lo sabía, él sabía del diario. Todos sabían esto y nadie me lo mencionó antes. Mi vida está tendiendo en un hilo, y él solo se preocupa de las estúpidas cartas y de volverme loca.

>>No confíes en nadie<<

...

Comenzaba a hiperventilar en mi lugar, no podía dar crédito de lo que oía. Frente a mis ojos se materializaba la viva imagen de Saúl. Matías o como se quiera llamar. Me había mentido, haciéndome creer que era un desconocido cuando no fue así. Mi memoria no era la mejor y ahora con lo que había pasado hace menos de un mes. ¿Cómo carajos iba a saber que Saúl Winter era mi vecino? Y el chico de mis sueños, en el cual moría una y otra vez.

Muerdo mi labio con fuerza, haciéndome daño, más no me importaba, quería lanzármele encima y propinarle un par de puños en su cara, borrándole esa sonrisa socarrona de sus labios y sacarlo de mi casa, pese a mis pensamientos, no lo podía hacer, Evangeline sospecharía, al igual que Lissette. No podía darles el beneficio de la duda a ninguno en esta casa.

—¿Cómo sabes de esto? —Pronuncio bajo, volviéndome hacía él, con rostro impasible. No podía demostrarle mi debilidad.

Mi pulso se estaba logrando regular poco a poco, sin embargo aún sentía mi corazón palpitar con fuerza en mi pecho.

Escucho la risa de Saúl, dejando las bolsas en el mesón de la cocina. ¿De qué se reía?

—Cassandra, he sido tu vecino por seis meses, y ¿Aun así no sabes quién te rodea? tu madre tenía razón. —Frunzo el ceño, se estaba burlando de mí.

—Tienes mucho que explicarme Winter. —Sopeso por lo bajo, dándome la vuelta sobre mis talones, dando grandes zancadas hasta la sala, donde se encontraban las hermanas Winter.

¿Debía comentarle a Lissette sobre lo que ríen acababa de descubrir? ¿O debía guardar este secreto para mí, así sacándole el mayor provecho?

Al menos ya sé quién es el de las notas.

—De verdad no lo sabía, como casi no salgo de casa, salvo para trabajar y la universidad. —Mi voz se escucha por toda la sala, contestando a las palabras de Lissette minutos antes. Debía parecer natural, y gracias a las clases de actuación que había tomado de pequeña, gracias a mi madre. –al parecer ella quería que fuera como esas niñas perfectas, que sabían actuar, cantar y bailar- ahora se lo agradecía, agradecía cada cosa que mamá me había obligado- más que todo- a hacer. En aquel tiempo no lo comprendía, pero ahora sé, que me estaba preparando inconscientemente a estos momentos.

—Vaya Cassy, al parecer no estabas sola del todo. —Habla Evangeline, peinando a su hija Caroline, al momento de llevar su mirada a la mía.

—No, al parecer no. —Gruño por lo bajo, llevando mi mirada del esposo de Evangeline a los niños y luego a Lissette la cual mantenía su computadora encendida, frunciendo el ceño de vez en vez.

Me pregunto, que estará haciendo.

—Siempre estuve con ella. —Un escalofrío recorre mi espina dorsal, al sentir su aliento chocar con mi nuca. Llevándome a aquel momento en el baño de la universidad, mirando el cuerpo inerte de mi amiga en el suelo, lleno de sangre.

—Selena... —Susurro bajo, mordiendo mi labio. Sin poder evitarlo la rabia comenzó a invadirme, presionando mis puños con fuerza, tensando la mandíbula, olvidando por un momento a quien tenía tras de mí.

Mi Fuerza, Mi Debilidad♥© (#6) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora