Despertar

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Abro los ojos y la luz me ciega por un momento, miro a mi alrededor y no reconozco nada, no sé en donde estoy ni como he llegado aquí.
Extiendo una mano frente a mis ojos y me incorporo lentamente, voy hacia la ventana para cerrar las cortinas. A mi espalda la puerta se abre y me giro lentamente, me encuentro con un extraño conejo que me mira feliz, un momento después lo tengo frente a mi rodeándome con sus esponjosos brazos.
―¡Por fin despertaste! Jack querrá saberlo enseguida.
Y tan rápido como entró se fue, dejándome sola de nuevo. Entonces me giro a la ventana una vez más y me encuentro incapaz de cerrar las cortinas, hay un bello paisaje blanco frente a mis ojos del que no puedo apartar la vista.Sin embargo después de un momento comienzo a sentir frío y me froto los brazos desnudos con mis propias manos.

―Elena ―escucho un suave murmullo a mi espalda y me doy la vuelta, hay un joven pálido de cabellos platinados y ojos azules mirándome desde la puerta boquiabierto, al igual que el conejo corre y me abraza con fuerza levantándome del suelo y luego me da vueltas, una suave risa escapa de sus labios, cuando me deja por fin en el suelo me le quedo mirando extrañada. 

―Te he extrañado ―me dice en un tono suave y cierra los ojos, entonces pone sus labios sobre los míos y yo retrocedo inmediatamente.

―¿Quién eres? ―pregunto temerosa, por un momento los ojos del chico se llenan de lágrimas y me mira incrédulo. 

―Soy Jack, Lena ― su voz ahora suena entrecortada y se acerca de nuevo a mi.

―De verdad, no sé quien eres.

Doy unos pasas atrás y me encuentro contra la ventana helada a mi espalda, él se acerca a mi y pone sus ojos a la misma altura que los míos, me toma de la barbilla y me mira por unos segundos.

―¿En serio no sabes quien soy? ― niego lentamente y con un suspiro deja caer sus manos de mi barbilla.

Entonces detrás de él aparece un hombre robusto de cabellos blancos, quien nos mira por unos momentos y luego se acerca poniendo una mano sobre el hombro del chico.

―Me da mucho gusto verte despierta Elena ―afirma sonriente, entonces el chico le susurra algo al oido y ambos se disculpan para después salir y cerrar la puerta a sus espaldas.  

Regreso confundida a mi cama y me siento en el borde, esos ojos azules me resultan conocidos pero por mucho que trato no logro recordar el porque; también recuerdo a unos niños pequeños y algunos fragmentos que corren por mi mente pero son tan sueltos y revueltos que no tienen ningún sentido. Después de un buen rato los párpados me pesan y cierro los ojos. 

―No puedes sacar conclusiones Jack, tienes que esperar, darle tiempo 

Los incesantes murmullos en la habitación me despiertan, cuando me incorporo ya no hay luz en la habitación y las estrellas se alzan en el horizonte. De nuevo están los mismos tres personajes extraños de hace rato y un nuevo hombre rechonchito que flota en una luminosa nube de arena. Cuando se dan cuenta de que he despertado de nuevo el joven se acerca inmediatamente a mi y me aparta un mechón de cabello de la cara.

―No te voy a hacer daño ― afirma sentándose a mi lado mientras continua acariciando mi cabello. 

― ¿Recuerdas algo Elena? ―pregunta el hombre de barba. 

― Oscuridad ―respondo inmediatamente sin pensarlo, en la cara de todos se forma una mueca de disgusto pero no dicen nada al respecto. Se miran entre ellos y entonces los dos sujetos salen de la habitación dejándome a solas con el chico.

― ¿Puedo abrazarte? ―pregunta temeroso en voz baja después de un rato y algo en sus ojos me hace decirle que sí, enseguida sus fríos brazos me envuelven en un silencioso abrazo, recarga su barbilla sobre mi cabeza y comienza a tararear una cancion suave.

― Espera ― le digo separandome de él ― esa melodia, me suena conocida.

Él sonrie y sorpresivamente mu vuelve a envolver entre sus brazos.

― No todo está perdido entonces ―afirma con una suave risa. 

― ¿De qué hablas? ― pregunto extrañada, pero ántes de que pueda responderme los sujetos aparecen de nuevo en la habitación. 

― Tus dudas se resolveran en un momento ―afirma el hombre con barba, quien me mira expectante, entonces el chico de ojos azules me ayuda a incorporarme y entre los dos me llevan a otra habitación, en donde me acompañan hasta el balcón desde donde puedo admirar a la luna. Volteo a ver al chico extrañada y el me sonríe.

― Confía en mi, todo va a ir bien ―me da un beso en la frente y luego me deja sola en el balcón.

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