Alas blancas, plumas que envuelven todo con su suavidad y su dulzura, brisa fresca que alborota mi cabello, blanco por todas partes, paz y tranquilidad es lo que respiro a mi alrededor.
Entonces descubro que las alas no son mías, son de un hombre, sólo distingo su silueta pero no sus rasgos y sin embargo me inspira paz, no tengo miedo, de hecho quiero quedarme ahí todo el tiempo posible, me hace cosquillas con sus suaves alas y luego comienza a caminar.
Me quedo quieta, no sé si me puedo mover, pero se está yendo, debo alcanzarlo y seguirle sin importar a donde vaya, corro y sigo corriendo tras él, pero no logro alcanzarlo, todo a mi alrededor es blanco y el silencio es total. Sigo corriendo, no sé cuanto tiempo llevo haciéndolo pero mis piernas no se han cansado y tampoco me falta el aire mas sin embargo siento como si llevara horas corriendo. Trato de hablar pero no emito ningún sonido, es entonces cuando el hombre alado se detiene y yo también lo hago a sólo unos pasos de distancia de él.
Sigo sin distinguir los rasgos de su rostro, es come ver un lienzo en blanco, entonces sus rasgos comienzan a dibujarse, una nariz recta unos ojos azules... De pronto la visión se transforma, el hombre deforma su cara en una mueca de terror, trata de gritarme algo pues veo que sus labios gesticulan pero no emite ningún sonido, entonces comienzo a caer, pierdo de vista las enormes alas blancas y todo se vuelve negro a mi alrededor, caigo caigo y caigo, quiero gritar pero nu puedo, quiero que alguien me ayude, pero no hay nada ni nadie, estoy sóla y no dejo de caer al vacío.
Abro los ojos espantada, lo primero que veo son unos ojos azules que por un momento creo son del hombre de mis sueñños, pero un momento después distingo que es Jack quien está frente a mi, estoy enredada entre las cobijas y sigo teniendo esa sensación de caer en el vacío.
―Tranquila, todo va a estar bien, no dejaré que Pitch se vuelva a acercar a ti.
Su voz sale en pequeños susurros interrumpidos, Jack está sudando y se vé cansado, sin embargo me sonríe y luego me abraza transmitiéndome tranquilidad.
―Fue sólo un mal sueño Elena, no llores.
Es hasta este momento que noto que en efecto estoy soltando pequeñas lágrimas silenciosas. Jack continúa abrazándome, su mano fría recorre mi cabello y mi espalda pero no puedo evitar ese sentimiento de temor que se aloja en mí.
―Tengo miedo, Jack― susurro en su oído y él me estrecha aún mas fuerte.
―Voy a alejar a Pitch de tí, no te volverá a hacer nada Elena, tranquila.
―¿Lo prometes?
―Lo prometo― susurra con dulzura a la vez que deshace su abrazo, por un momento me mira a los ojos y luego besa mi mejilla. ―Lo prometo Elena― murmura aún mas suave que ántes y de repente, sin ningún aviso, posa sus labios sobre los míos.
―¿Nos buscabas, Jack?
La voz de un hombre nos sobresalta y Jack no tiene más remedio que separarse de mí, toma mi mano y se levanta de mi cama, así que lo sigo hasta el balcón.
―Norte, ella es Elena. Elena, él es Santa.
El hombre frente a mí es nada más y nada menos que Santa Claus, con su barba blanca y unos curiosos tatuajes en los brazos.
―Claro, la niña bonita que siempre nos deja muffins y leche de vainilla, muy ricos por cierto― me guiñe un ojo y luego voltea a ver a Jack. ―Los demás no tardan en llegar, pero puedes comenzar ya.
―Pitch estuvo aquí hace un momento, estuvo invadiendo los sueños de Elena y― Norte lo interrumpe.
―¿Por que no vas dentro, Lena? Hace frío y podrías enfermar, Jack irá contigo en un momento.
Asiento y Jack besa mi mano ántes de soltarla, luego doy media vuelta y voy a mi cama, una vez ahí me encojo y me cubro con mi manta, a través de las cortinas puedo ver a Jack de espaldas a mí y a Norte discutiendo con él, supongo que debe de ser algo importante, porque llegan los demás Guardianes, incluida "Plumitas", quien trata de abrazar a Jack, pero él sólo le tiende la mano y se aleja de ella.
La platica continúa por un buen rato más, tanto que comienzo a sentirme adormilada, pero no deseo dormir, aún tengo miedo, la pesadilla fue demasiado real, nunca había sentido un miedo o una desesperación igual. Después de un buen rato entran todos a mi habitación, es realmente impresionante para mí verlos a todos reunidos frente a mí.
―Jack nos ha contado todo Elena, hemos decidido tomar medidas extras contigo, Sandman se encargará de dejarte buenos sueños todas las noches― el Guardián me saluda con su mano y asiente con una sonrisa.
―Yo me aseguraré de que no entre por los tuneles, hasta luego Elena; un placer conocerte― es ahora el Conejo de Pascua quien habla, guiñe un ojo y luego se va de mi habitación saltando.
―Jack se quedará aquí el mayor tiempo posible para cuidar de tí y las hadas de Toothiana vigilaran de vez en cuando que tus hermanos estén bien.
La aludida me hace un gesto desganado con la mano. ―Tengo trabajo que hacer, nos vemos luego Jack― lo último lo dice con un tono demasiado empalagoso, él a penas y se despide de ella, luego se va volando por el balcón.
―Yo estaré siempre disponible para tí ― saca una esfera de nieve del bolsillo de su chaqueta y me la tiende, es realmente hermosa, tiene una dulce casita en su interior con niños corriendo afuera y la nieve cayendo alrededor. ―Si me necesitas sólo debes de agitar la esfera y vendré― asiento y el hombre sonríe.
―Yo me encargaré de ella Norte, aún así, gracias por la ayuda.
Jack estrecha la mano de Santa y luego el hombre se acerca hasta mí.
―Tienes unos hermanos maravillosos, estás haciendo un buen trabajo con ellos― luego se acerca a mi y susurra muy bajito: ―Jack siente lo mismo que tú― me abraza y luego se despide, desaparece por mi balcón y entonces todo se queda en silencio, no he entendido las últimas palabras de Norte, quiero decir, no sé que significan en realidad.
― Vamos a dormir, Elena. Sand ya dejó buenos sueños para ti y yo me quedaré a tu lado, nada te va a pasar.
Jala la silla hasta mi cama y se sienta en ella, luego recarga sus brazos en el colchón y me sonríe.
― Creí que me harías compañía ― comento señalando el lugar vacío a mi lado.
― Así será, pero quiero estar despierto un rato más, luego dormiré.
―¿Seguro?
― Muy seguro, ahora, debes dormir.
Me tiendo en la cama y Jack se asegura de cubrirme bien con la manta, me giro de modo que lo puedo seguir viendo, él tiene la vista fija en mí, aunque parece algo ausente.
―¿Jack?
―¿Qué pasa?
Dudo un momento ántes de contestar. ―¿Qué fue lo de hace rato, ántes de que llegaran los demás?
Mágicamente los colores suben al blanco rostro de Jack, quien alborota su cabello y sonríe apenado.
― Supongo que un beso Elena.
― Una vez me dijiste que sólo besabas a las chicas que te gustan― murmuro, ahora yo también estoy apenada.
―Creo que eso responde a la pregunta mejor que nada, Lena― me siento y me acerco más hacia él.
―¿Cómo sabes que me dicen Lena?― pregunto sorprendida y él se ríe, está visiblemente más relajado.
―Norte me lo dijo y también escuché a Edmund llamarte así, ¿puedo?― asiento, casi nadie me llama así. Todo se vuelve a sumir en el silencio, Jack se ve pensativo y ya no añade nada más, estoy a punto de dormirme sentada y entonces siento sus labios sobre los míos una vez más, Jack me besa por unos pocos segundos y luego se separa sonriente. ―Me gustas, Lena.
Me abraza y lo hago callar besándolo de nuevo. ―¿me quieres?― pregunta algo temeroso meintras jala la frasada hacia nosotros.
―Te quiero, Jack― murmuro a la vez que me acomodo junto a él, no escucho su respuesta pues inmediatamente el sueño me consume.
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¿Crees en Jack Frost?
أدب الهواةElena ha creido en los Guardianes por años, incluso en Jack Frost, aquel en el que tan pocos niños creen, sin embargo, ¿que pasará cuando ella descubra que son reales y no sólo las fantasías a las que siempre se ha aferrado?