Vicente.
Después de todo el primer día de clases terminó en la tremenda tragedia, porque aparte de que el profe me dio un sendo sermón por llegar tarde el primer día, mi mamá llegó un rato después de mi fallida entrada a clases y pidió que me pusieran un castigo en el liceo por las cagadas que me mandé el año pasado, sumándole mis muy constantes cimarras, y el hecho de que pasaba fumando en los baños, argumentando que si me tenía en la casa, (según ella) no iba a aprender nada.
Así que ahora tengo que quedarme hasta tarde en el liceo, ayudando a guardar las weas de educación física. Porque los sacoweas que tenemos por profes usan todo en sus clases y no guardan nada, así que ahí quedan po, hasta que algún alumno pesca los balones para llevárselos para su casa y lo mandan suspendido por robar propiedad del liceo.
Lo peor de eso es que ningún balón es del liceo en realidad, porque todos son cosas nuestras que el inspector nos quita por "uso indebido dentro del establecimiento" o son los que se nos caen al techo y no nos dejan sacar nunca más.
F por todos mis balones y pelotas perdidos en batalla.
Dentro de toda esta primera semana de mierda lo único bueno es que como el Maury juega básquetbol en las tardes, me ayuda bastante a dejar las cosas en orden.
—Oye, weón ¿y qué hacemos con las cosas de las minas de danza?— pregunta el antes nombrado mientras me muestra algunas cintas y cosas.
Solo me encojo de hombros sin saber realmente qué responderle, porque esas cosas siempre las tienen ellas.
—En volá, pregúntale a la Javiera—dije esperando para cachar que me decía, ya que sabía que igual algo había por ahí, cada vez que se veían los dos se ponían nerviosos.
—Eri pesao weón, si sabí que no me pesca ni para el webeo —lo escuché soltar un bufido y me acerqué a él sonriendo de lado mientras limpiaba mis manos del polvo que había en el lugar.
—Ya hermano, si era broma, no es pa' que llori tampoco—dije finalmente sacudiendo mi polera, esperando a que el Maury terminara de guardar lo que lo quedaba.
—Oye, ¿y por qué mejor no le preguntai a la Vale? así provechai de hablarle sobre algo y no andar detrás de ella como weón — dijo de manera burlesca, sabiendo el conchetumare que esa huea fue un golpe bajo y de los fuertes.
No le respondí nada y por unos minutos me quedé quieto, esperando que se despistara para después correr hacia él con la intención de botarlo, pero justo unos instantes antes de hacerlo arrancó lejos, corriendo súper rápido. Así que empecé a perseguirlo por todo el liceo siguiéndole el paso.
—YAPO, PENDEJO CULIAO, DAME CARA PO—grité después de perseguirlo por casi todo el liceo, ya llegando al cuarto piso.
—SALE, HUEÓN, NICAGANDO ME ENTREGO —Me gritó de vuelta sin dejar de correr, doblando en el pasillo de la biblioteca.
Al hacerlo yo también, vi que estaba parado en la otra esquina el inspector general gritándonos hueas desde el primer piso para que bajáramos.
Así que solo atiné a darme media vuelta para arrancar por las primeras escaleras que vi, ignorando por completo los gritos del inspector e intentando esconderme por donde pudiera.
Terminé acortando camino por el tercer piso para esconderme en la sala de la hermana de la Javiera, la Emi, que casualmente es compañera del Maury desde que ese ahueonao quedó pegado el año pasado.
Aunque los riesgos de que me pillaran eran altos, seguí corriendo a lo Forest nomas po, porque demás que con otra suspensión ya no me mandaban más al liceo, y me hacían inscribirme al servicio, pero que paja sinceramente, así que de seguro terminaría viviendo abajo de un puente.
Baje las últimas escaleras que me faltaban para llegar a donde la Emilia y fui corriendo rápidamente hasta su sala, sin embargo, antes de entrar justo choqué con alguien dándonos un cabezazo inmediatamente, solo escuchando un —"por la chucha"— de parte de la otra persona.
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hueón desordenado
Teen Fiction"Vale, me gustai ¿te gusto?" Donde el más desordenado del liceo lleva años enganchado de la Valentina y al fin se decide a decirle.