siete.

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Vicente.

—Que es sacohueas el Gabo, POR ACÁ WEON.—gritó el Maury sentado al lado de la Javi, mientras terminaba de enrolar su segundo pito y esta solo nos ignoraba por jugar ludo.

Yo a la vez solo estaba tirado mirando el cielo, pensando en que mágicamente después del día escolar tan paja que tuvimos lo demás se vuelve lindo, igual quizás es que veo todo mejor cuando estoy volao, son hueas que nunca comprendo la verdad.

Al momento en que siento al Gabo sentarse a mi  lado me acomodo en posición de indio y con los ojos bastante rojos mientras sonrió lo saludo. Él como buen profe que es simplemente mueve la cabeza para saludarme y se queda serio viendo el celular.

Un rato después de que el Maury con el Gabo hincharan juntos y yo me sintiera como inadaptado social junto a la Javi por no ser tan amigos de él (es mi profe y el hermano de la que me gusta, no esperen mucho tampoco). Escuchamos a las dos faltantes del grupo llegar. El Gabo como caballero que es se fue a parar para ofrecerle su lugar a la Emi y claramente por ningún motivo en especial le quiso dar el asiento antes que a su hermana (está enamorado hasta las patas el pobre).

Antes de poder hacer nada, la Valentina lo apuntó con una bombita que parecía un globo y se la lanzó. Pero como lamentablemente la señorita no pasó la unidad de balón mano. Terminó tirando chueca la huea y adivinen a quien se la estampó en todos los pantalones, exacto a mí. Quedé mojado hasta en lugares que no pensé que me podía mojar, así que atine a pararme para que el charco de barro que se formó en la tierra de la plaza no me manchara. Aunque bastante tarde lo pensé porque ya me había saltado al pantalón y tenía una mancha café gigante que destacaba en el color gris.

—Te cagaste Vicho, como tan cochino.— gritó mi hermano apenas se dio cuenta, por lo que sin pensarlo le mande un wate que yo creo que poquito más y le daba vuelta la cabeza.

Como pude me acomodé el pantalón para que no me incomodara y le mostre el dedo del medio al Gabo que se estaba casi meando de la risa por como me veía. No mire a ningún culiao y me fui hecho un peo para la casa. Sin mentirles me demoré como quince minutos en llegar de lo urgido que estaba de que alguien me viera y después me agarraran pal webeo.

Al llegar me saque las zapatillas junto con los pantalones porque soy muy pollito pa enfermarme y me había mojado hasta los calcetines con la huea, no sé de dónde sacaron esa bomba piñata, pero puta que hace bien su trabajo de mojar a la gente. Tras sacarme toda la ropa me fui rápido al segundo piso a buscar ropa y me bañé porque estaba todo pegajoso con el barro.

El carrete era en la noche así que tenía tiempo para arreglarme, por lo que busqué la mejor pinta que pude en mi closet y me vestí. Después de perfumarme y toda la wea nuevamente, bajé a la cocina para comer algo porque me vino el bajón de una a pesar de que la volá que me pegué se me había pasado. Me prepare un cafecito de esos que salen en tiktok y un pan con quesito y palta.

Ya feliz con mi comida me fui a sentar al living pa ver tele, decidí ver Dark porque serie culia buena, como dos horas después escuché que tocaban el timbre así que fui a mirar quien era, fue loquísimo ver a la Valentina afuera, más cuando ella ni sabe donde vivo. Decidí salir a abrirle, pero antes de hacerlo sin controlarlo me salió un estornudo, seguido de otro y otro. (salud, dinero y amor diría mi abuelita) lo que solo significaba una cosa, me iba a resfriar.

Salí y abrí la puerta mirando fijo a la Vale medio confundido —¿Qué haces acá?—pregunté apenas entró, bastante extrañado.

—te vine a ver porque saliste arrancando como la cenicienta, y me preocupé ¿te pegué muy fuerte o algo? Perdona de verdad, esa wea iba para el Gabo pero la tiré mal.— internamente estaba cagao de la risa porque es tierna para todo esta niña, pero decidi hacerme el enojado. Media vergüenza que pasé, como siete cuadras con los pantalones manchaos, merece que la agarre pal webeo un rato.

— tss, Sí me dolió y bastante Valentina, ¿de verdad esa es tu defensa? Estuve mojado por todo el camino del liceo hasta acá y ahora me resfrié por tu culpa—hice a propósito como si estuviera resfriado, estornudé y apreté la garganta para hablar ronco.— además no voy a poder ir al carrete y me había vestido súper bonito—hice un puchero mientras le mantenía la mirada con ojos de penita.

—Ay Vicente no me digas eso-dijo mirándome preocupada con carita de perrito mojado, que es mala, devolviéndome la wea para que no me enoje.—¿qué puedo hacer para compensártelo?

—pucha no sé, yo creo que deberías ser mi enfermera mientras dure mi resfrío— dije esta vez intensificando mi puchero mientras entraba hacia el living, antes de susurrar— Demás unos besitos me curan de todo mal.

hueón desordenadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora