cinco.

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Valentina.

Han pasado casi dos semanas desde lo que pasó con el Vicente, pasé cualquier vergüenza después de ese día también. Mi papá agarró con molestarme a cada rato con lo de las toallitas y mi mamá igual.

hoy es Lunes y ya tenemos clases otra vez, pero está la media cagá con las marchas. Sin mentirles soy ACAB totalmente, pero yendo en cuarto medio es tremenda paja cuando tiran el portón abajo y los de tercero nos tiran la pelá por no apañarlos.

Técnicamente me importa la nada misma, porque sé que se arrancan para irse a su casa en vez de a marchar, son terrible echones. En cambio nosotros saliendo de clases todos los días vamos a dejarle la caga a los pacos (y también a darle agüita a los perritos), la verdad mi curso de este año me enorgullece caleta porque son full apañe.

Apenas pude pasar el portón de la entrada saludé a las tías que hacen aseo en el cuarto piso y pedí una palita junto con un escobillón pa ordenar la mierda que tiran los zánganos culiaos de los otros cursos. Subí directamente y al llegar arriba saludé al Fabián con el Boris que estaban en las escaleras como siempre juntitos, amo su pareja loco, a mí nunca me va a pasar algo así.

Dejé mis cosas en la puerta de la sala, puesto que aún no abrían y me puse a barrer con cuidado todo el pasillo, tratando de juntar toda la basura rápido antes de que llegaran los demás, después de unos minutos boté todo en el basurero y puse la pala con el escobillón en una esquina justo cuando tocaron el timbre.

—Wena Valee — gritaron en mi oreja y cuando me di la vuelta para mirar era el Benja, uno de los chiquillos más cercanos a mí en el curso. Le di un beso en la mejilla antes de entrar a la sala después de que el inspector abriera la puerta y me fui directo al primer asiento de la esquina, tirando mi mochila sobre la mesa para terminar acomodando el Skate abajo, de forma que no le molestara al profe. Cuando entró sólo lo saludamos y el día pasó súper tranqui.

Realmente en cuarto casi no pasa nada, siempre son clases relax o piolas en realidad si estudias, yo por lo general hago los trabajos en los primeros 30 minutos y el resto lo dejo para escuchar música. En el curso me consideran la matea, pero yo creo que no es así. Simplemente me gusta tener mis cosas ordenadas y no hacer nada en mi casa, es que claramente si me dijeran "oye, desde mañana tus clases serán en tu casa" pegaría el grito en el cielo, por que para nada tengo un método de estudio, me va bien y era.

Siento como alguien me toca el brazo, miro hacia el lado y es la Emi. Me habla pero no le escucho absolutamente nada de lo que dice y junto mis cejas sin entenderle. Hasta que me fijo que tengo los audífonos puestos, así que me los saco.

—Valee, necesitamos tu ayuda en unas cosas para la fiesta de bienvenida—la miro levantando una ceja, no entiendo que tiene que ver la Emi con todo eso.

—Déjaselo a la directiva po, wawa —lo digo en la forma más obvia posible.

La Emi me mira antes de reírse y se apunta con un dedo. —Adivina quien es la encargada de eventos en la directiva —Dice finalmente y yo quedo loca.

—me estai huebeando Emi, ¿por qué no nos contaste?

—Pero sí conté, lo qué pasa es que tú no estás en el grupo de Whatsapp.

Ahí entendí todo, traición a la patria, weón, tienen un grupo de whatsapp sin mí.

—ahí se ven Emilia. —Dije secando falsamente una lagrima. —Ya, ahora dime para qué me necesitabas.

—Ven, ven. —Dijo simplemente tirándome con ella fuera de la sala, sin siquiera decirle algo al profe. Ahora que lo pienso ¿cómo nos dejaron salir de la sala como si nada? weas que nunca entenderé porque a mí me retan hasta pa ir al baño.

La seguí por las escaleras hasta el segundo piso y me hizo pasar al gimnasio, ahí entendí para lo que me quería realmente. había un montón de sillas repartidas por el sector de cancha y teníamos que sacarlas para el carrete de la noche.

Yo tranquilamente me solté del brazo de mi amiga y me fui hacia las sillas, pero me detuve rápidamente cuando vi al weon con Rulos sacando sillas a un lado de donde iba. Me di la vuelta con la esperanza de que no me viera y camine rápido hasta la puerta. Pero antes de que llegara escuché un grito desde atrás.

—Oye toallitas, ¿para dónde vai? ven a ayudar a juntar sillas.

hueón desordenadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora