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–¡Cuidado!–grité segundos antes de que la pelota de fútbol le impactara directamente en la cabeza a una chiquilla bajita que iba pasando.

Solo escuché un grito de parte de su amiga y la vi frotarse la cabeza unos segundos, así que rápidamente corrí hasta el lugar donde se encontraban, pensando que les había pasado algo. Lo cual no era así, pues al llegar la mina se dio vuelta hacia mí algo roja pero riendo con la pelota en sus manos y simplemente me la extendió dejando de reír.

–Toma, pa' la otra ten más cuidado y ve dónde tiras las pelotas–me sonrió levemente de lado, lo cual hizo el corazoncito me saltara dentro del pecho. Más de lo que salto yo cuando veo películas de terror, hueón.

La niña era súper linda, castaña y un poco bajita. Pero lo que más me llamo la atención fue su actitud, cualquier otra mina me hubiese sacado la chucha ahora pero ella solo me sonrió.

Cuando tomé la pelota, la castaña se fue con su amiga hacia quizás dónde y yo volví rápido hasta donde mis amigos, estando como en otra. Solo reaccionando cuando la Javi me pasó la mano por delante de los ojos.

–Oye, Vicente, qué ondi ¿te dijeron algo?–preguntó preocupada mi mejor amiga, ante lo que negué rápidamente.

–Chiquis, creo que estoy flechao– dije algo fuerte cuando terminé de reaccionar por completo.

Pero la única respuesta que recibí fueron puros "y vo cuándo no" de todos los sacoweas que tengo por amigos, los quiero.

hueón desordenadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora