cuatro.

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Valentina.

Después de copuchentear toda la hora de clases con mi compi de puesto, me di cuenta al mirar la pizarra que la profe de lenguaje nos había dejado un trabajo para unos días más, me quejé internamente, pero por suerte era en tríos, así que aproveché de pedirle a la Emi y al Andrés que fueran conmigo, ambos aceptaron y decidimos hacerlo en mi casa, ya que en mi casa nunca están mis papás, preferimos juntarnos tipo 7, para que pudiéramos descansar un rato. Me paré saliendo de la sala con bastante rapidez junto a mi skate, porque se habían terminado las clases.

Ya fuera del liceo miré para ambos lados de la calle, reconociendo hacia qué dirección tenía que dirigirme, seguí la dirección de la calle en mi skate para no ir contra el tránsito y que me maten (ojalá, aunque si pregunta el Gabo es bromita), tras unos minutos dejé de pensar weas y me fui hasta mi casa.

Después de unas cuantas vueltas a la manzana, decidí entrarme y tomé con firmeza el regalo de mi hermano escondiéndolo tras mi cuerpo, para que mis viejos no me vieran. Por lo mismo entré por el portón de al lado, sin hacer mucho ruido, corriendo hasta mi pieza para esconderlo.

—¿Valentina, eres tú?— preguntó una voz desde afuera de mi pieza Justo al momento en que entre, lo cual me hizo pegar un salto.

—conchetumare—dije en voz alta apretando mi agarre al skate para después esconderlo en el closet rápidamente.

Saliendo de la pieza segundos después sonriendo ampliamente a mi viejo que estaba algo confundido mirándome.

—¿Por qué entraste tan rápido y sin saludar?—levantó una ceja.

—vengo que me hago pipí — murmuré con rapidez antes de salir corriendo hasta el baño, porque de verdad venía que me reventaba la vejiga.

Solo entré y al momento de bajarme los churrines me di cuenta que me había pasado lo peor que existe en la vida, me llegó la regla.

—PAPÁ, TENEMOS UN 312 —grité mirando mis calzones que tenían una mancha rojiza en el centro.

A los Diez minutos mi viejo aún no venía y ya estaba aburriéndome, así que le mandé un whatsapp a mi mami.

Valentina.
Oye mamá, me llegó la regla y
mi papá no me pesca.

vieja ☠️
Puta Valentina, estoy en la pega aún. Pero pégale un grito a la vecina para que te lleve.

O háblale tú, ahí está el número.
(Contacto: veci Carolina)

Valentina.
tss, gracias igual.

Bueno, la última opción que me queda es hablarle a la señora. Porfa pulento, échame la manito.

Valentina.
Hola veci, perdóneme la molestia pero mi mami no está y tengo una emergencia un poquito grande. 😰

Vecina Caro.
¿En qué le puedo ayudar mi niñita?

Valentina.
Es que me llegó el periodo veci y
justo no he comprado toallitas.

Vecina Caro.
Ya mijita altiro mando a alguna de las chiquillas a dejárselas.

Cuando me respondió eso como que me vino el alma al cuerpo, Gracias por tanto pulentito perdona por tan poco.

hueón desordenadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora