12.- Timeless

7.5K 809 1.2K
                                    

Jaemin jugaba con una de sus perlas mientras estaba acostado en su cama. Ya era media noche pero aun así no podía conciliar el sueño. Lanzó lejos la perla con furia y soltó un grito.

—¡Me voy a morir!—Exclamó.

Aún recordaba los labios del otro con los suyos. La imagen estaba presente en su cabeza.

Revolvió su cabello tratando de borrar la situación anterior que no debió haber pasado. Porque sí, eso fue una equivocación que jamás tenía que volver a suceder.

Ahora no iba a poder mirar a la cara a Renjun. Ni a Jeno.

Nunca había sentido vergüenza de decir que todo era suyo, que quería todo, pero el simple hecho de decirle a Renjun "Mío" hizo que su rostro se sintiera ardiendo.

Se levantó, tal vez un vaso de leche podría devolverle el anhelado sueño que tanto quería, dormirse sin importar lo que pasó y pasará mañana. Salió de su habitación concentrado en no despertar a nadie.

Llegó a la sala y maldijo por lo bajo. Se tenía que ir ahora mismo. No importaba nada, la leche sería para después.

Mío.

—Nana te vi.

Un escalofrió recorrió la espalda del nombrado.

—¡Nana!

Jaemin volteó y vio a Jeno sonriendo.

—¿Nana?

—¡Sí!

—¿Y eso por qué?

—¡Porque si!

Na frunció el ceño.

—Estas actuando extraño hoy Jeno.

Pereza abrió los ojos y miró al recién llegado. Jaemin apartó la vista rápido.

—¿Nana?— Jeno asintió —Eh... E-Es que iba a la cocina.

—Vamos los dos. Yo también iba.

Avaricia asintió y siguió caminado, ahora con alguien detrás.

El ascensor se cerró dejando un silencio entre los dos. Jeno pisó el botón del piso 2.

—Y-Yo... Quería disculparme... Por la situación anterior.

—¿Entonces te gusta Renjun?— Preguntó de lo más normal. Jaemin se sonrojó hasta las orejas ¡¿Cómo podía preguntar cosas así de la nada?!

—¿P-Para que quieres saber?— Hizo lo imposible para evitar tartamudear, pero aun así no lo logró.

—¿Estás nervioso? Es raro verte así.

—¡No lo estoy!

Jeno rió.

—Entonces responde con naturalidad.

—¡No! ¡Ya! Déjame en paz.

Las puertas del ascensor se abrieron y Jaemin salió casi que corriendo. Llegó a la cocina y abrió la nevera, lo primero que hizo fue sacar una leche que estaba allí, la iba calentar para después beberla.

El mayor de los dos llegó después.

—Sabes— Dijo Jeno pensativo —Me llegó un recuerdo, donde yo te llamaba Nana, debe ser por eso que te llamé así.

—No suena tan mal.

Jaemin calentó la leche y sirvió dos vasos. Le entregó uno a Jeno quien la aceptó gustoso.

Los 7 Príncipes del Infierno (Jichen, Markhyuck, Nominren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora