Los 7 Príncipes del Infierno (Jichen, Markhyuck, Nominren)

20.- Viaje.

Jisung quedo incrédulo, cuando Asmodeo le dijo que iba a ir a un lugar a entrenar, imagino un campo abierto con personas capacitadas para llevar a cabo su práctica.

A cambio de todo lo que pensó, solo apareció en una sala oscura solo alumbrada por una chimenea encendida, y sin embargo, había dos sillones entre él y el fuego que acapara un poco la pequeña iluminación. Volteó su vista a todos lados, examinando cada recuadro y lámparas apagadas que adornaba en ella.

¿Quién tenía lámparas sin usar en una habitación?

—Oh, ya llegaste— Hablo una voz sobresaltando a Jisung. Uno de los sillones se había dado la vuelta dejando ver un hombre cabello blanco en ella, las facciones no eran bien definidas por la poca claridad —¿No me ves?— Un chasquido se escuchó y todas las lámparas tomaron vida. El hombre estaba cruzado de piernas y llevaba un traje negro, miraba al recién llegado con una sonrisa mientras revolvía una copa llena de vino con su dedo índice —Creo que así está mejor.

—¿Quién eres?

—¿No me he presentado? Oh, mis disculpas. No estoy acostumbrado a que las personas quieran saber quién soy. Me llamo Hades, aunque llámame Heechul.

—¿Hades?— Pregunto sin creerlo —¿Qué haces aquí?

—Oh, cuidando de muertos de por aquí y por allá, muy funesto y tenebroso ¿Quieres una copa de vino?

Orgullo negó.

>> Hace tiempo que no te veía, siéntate, cuéntame de ti ¿Cómo estás?

—Nunca te he visto.

—Tu a mí no, pero yo sé de ti ¿Cómo te llamo? ¿Jisung? ¿Lucifer? ¿Orgullo?— El chico abrió la boca —Bueno como sea, Lucifer y yo éramos buenos amigos hasta que el muy maldito me dejara morir, ¿Pero sabes un secreto eh? Soy inmortal— Bebió un sorbo de su vino —¡Pero no nos guardemos rencor! Igual todos vamos al mismo infierno.

—Lo que hizo Lucifer antes no me concierne. Él es patético.

—AI igual que el chico que hizo llorar múltiples veces a su compañero. Y que al final... se enamoró de él ¡Me encantan las historias de amor!

Esa referencia fue captada rápidamente por Jisung, quien apretó los puños y miró a otro lado. Se dio la media vuelta y Salió por la primera puerta que encontró con la mirada.

>> ¡Tú habitación es la de al lado!... ¿Sera que me oyó?— Se encogió de hombros y tomo la botella que estaba a su lado —Bueno, mas vino para mí. Este será un año interesante.

Y vaya que lo será. Cuando Asmodeo lo fue visitar pidiendo su ayuda, creyó que era un engaño más del demonio de la lujuria. Aun así, eso no le impidió husmear en la vida de aquel que fue castigado con el peor demonio dentro. Pero cuando vio al chico entrar se sorprendió ¿Qué tan aterrorizado esta Asmodeo para pedirle algo sin ningún tipo de engaño?

Al principio iba a echarlo de allí, diciéndole que solo acepto para divertirse un rato, nunca pensó que iba en serio, pero cuando habló con el chico, le cayó tan bien al punto de que cambio de parecer solo para molestarlo todo el año.

º º º

Dos meses desde su llegada y ya Jeno había aprendido un poco sobre cómo tratar con las Amazonas. Eran mujeres fuertes e inteligentes que no se sometían ante nadie. Tenía mucha suerte en no haber terminado como los otros hombres, esclavizado.

Las primeras veces tenía la tarea de tejer cestas, sufrió como nunca ya que era tan fuerte que rompía las palmas y las lianas y por eso lo regañaban cada día. Cuando por fin termino una, le dijeron que lo había hecho mal, dejándole una cara de tristeza en el rostro. Pero se esforzaba cada día más y más –si es que no se dormía- que las Amazonas no pasaban eso desapercibido y fueron dándole pequeños empujoncitos para que mejorara.