⌦ ᶜʰᶦˡᵉ : : |＠Cᴀʀᴛᴀs ᴘᴀʀᴀ ᴜɴ ᴍᴜᴇʀᴛᴏ ︿︿︿︿︿︿ ❲ ❀ ❳

T w e n t y t h r e e

Perú se dio cuenta de la distancia que empezó a haber entre Argentina y México aparte de que este último igual estuvo distante con él. Hoy le preguntaría al argentino que pasaba, estaba frente a la puerta de la casa del argentino donde tocaría el timbre siendo recibido por un Argentina con ojeras medio dormido quien le doy el paso sin decirle nada.

— Oye, ¿Sabes por qué México está así? — Preguntó entrando a la casa cerrando la puerta.

— Ah, él, él no quiere vernos — Respondió con tono triste tomando su brazo con su mano.

— ¿Qué? ¿Por qué? No le hemos hecho nada. — Perú no entendía, pensaba que no le había hecho nada al mexicano.

— No específicamente a él — Suspiró — Bueno, es difícil de explicar pero matamos a Chile — Susurró sintiendo culpa en su interior.

Perú quedó inmóvil ante las palabras de Argentina sintiendo muy en el fondo culpabilidad compartiendo el mismo sentimiento que Argentina, pensó que había escuchado mal pero no, esto no era broma de mal gusto, en eso Argentina habla.

— Se que esto es una pelotudez pero, hice este carta. Sé que esta muerto pero ¿Quizás pueda leer esto? — Decía con duda mostrando una carta.

Perú lo miro con mal gusto — Él está muerto, yo no creo en esas cosas de espíritus, Chile está muerto y ya. —

— Sí pero- — Perú lo interrumpió.

— ¡Chile está muerto! — Elevó su voz molesto, pero no al punto de gritar. Se estaba desesperado y enojado.

Argentina se quedó callado y Perú se levantó molesto y se fue, dando un portazo dejando al argentino con la carta en la mano y solo.

Ahora estaba en un debate mental, ¿Será una estupidez mandar aquella carta? Se quedó así por horas hasta que llegó la tarde y decidió sí mandar esa carta dirigiéndose a la casa del chileno, cuando llegó miró el suelo recordando todas las notas que habían mandado Perú, Bolivia y él sintiendo una culpabilidad horrible, movió su cabeza de un lado a otro y recorrió la casa viendo la ventana rota y suspiró, más culpabilidad aún. Decidió entrar por la ventana y vio pétalos que extrañamente no se marchitaron y después la cama de flores, no sabía que decir, se suponía que ahí estaba el cadáver del chileno y simplemente lloró, nunca se dio cuenta de lo que provocaba simples palabras.

Teniendo aún la carta en sus manos entró a la habitación del chileno viendo la caja de las notas soltando un suspiro, no iba a leerlas y revisó el armario encontrándose con algo que le rompería el corazón en segundos, era una carta, la primera carta que le dedicaron antes de todas las guerras, cuando por fin habían conseguido su independencia, eran mejores amigos.

"Hola Chile, como as estado? Te queria invitar a salir con Peru, Mexico y conmigo, que te parese? Haci contamos todo lo que nos halla pasado, Sera divertido!"

— Argentina.

Sus lágrimas mancharon aquella carta sintiéndose tan culpable, miles de recuerdos se le vinieron a la cabeza, desde que eran colonias hasta antes de las guerras, eran felices juntos y ahora todo se arruinó, ahora todos están por su cuenta, nadie quiere al otro a su lado.

No quería ver más y dejó la carta que traía desde el principio en sus manos sobre la mesa de noche y se fue sintiendo mucha culpabilidad por todas sus acciones, al llegar a su casa se abrazo a sí mismo y se hecho en su cama empezando a llorar hasta quedar dormido.

Al día siguiente busco entre varias cosas guardadas una pulsera que le había hecho el chileno en forma de amistad, llevaba un círculo con su bandera, la del peruano, la del mexicano y por último la del chileno, se preguntó sí tendría aún esa cadena.

Con tal solo verla y ponersela no pudo controlar su llanto, sus ojos dolían de tanto llorar, ya había perdido muchas amistades para él y simplemente no sabía cómo arreglarlo.

— Me odio — Susurró mirando la pulsera con melancolía.