La sorpresa que nos dio nuestro padre sin duda había llegado a lo más profundo de nuestros corazones, aunque Ryoma no expresó lo mucho que le significaba esa cancha. Los días pasaron y tal como había dicho, el ojo de mi hermano menor se había mejorado por completo antes de iniciar las clases.
Cuando llegó el día deingresar al instituto estaba nerviosa y a la vez muy emocionada, en cambio,Ryoma se mantenía neutral ante la situación o eso parecía, pero la realidad eraque en el fondo extrañaba Estados Unidos.
— Sabes que existe una razón por la cual nos mudamos aquí ¿Verdad?
— Lo sé, (T/ap)
— Dime
— ¿Por qué aceptaste la idea?
— Sé qué existe una buena razón, quiero decir, si no fuera de suma importancia no habríamos venido
— Pero aún así
— ¿Ahora estás dudando? Me dijiste que lo tomara con un descanso
— Lo sé, pero...
— Estoy segura con ustedes, no va a pasar nada
Al llegar al instituto todo fue relativamente normal, pues entre a clases y me presenté al salón, luego me senté e inicio la clase. Al finalizar el primer periodo dos chicas se me acercaron, me dijeron que me podía juntar con ellas hasta que me adaptara y que si quería ver el instituto con gusto me lo enseñarían, cosa que accedí.
Las dos amigas se eran bastante agradables, se les notaba que querían hacerme sentir cómoda y parte del grupo que tenían, no puedo decir que no me alegro la compañía tanto de Umiko como Hana, supongo que podríamos llevarnos bien.
Al finalizar todas las clases como tal agradecí nuevamente el recorrido, ella dijeron que no era ningún problema e incluso me invitaron a tomar algo antes de ir a casa, pero rechacé la idea, ya que tenía intenciones de acompañar a Ryoma a inscribirse al club de tenis y de pasó podría ver a un viejo amigo. Cuando me reuní con Ryoma se encontraba con un compañero de clases llamado Horio, el me comentaba que también tenía intenciones de inscribirse al club de tenis.
— Aush
— Debes tener cuidado pequeño – le dijo el chico pelinegro a Ryoma – ¿No te vas a disculpar? – le preguntó al ver que no decía nada
— Ryoma discúlpate – le dijo a manera de susurro Horio – es un senpai
— Lo siento
— Está bien
— Fiu que susto, era bastante intimidante
— Vamos, deben inscribirse
— Mmh – Es todo lo que dijo Ryoma antes de seguir caminando
Caminamos un poco más antes de llegar a las canchas de tenis, les preguntamos a unos chicos donde se realizaban las inscripciones para el club pero nos comentaron que las postulaciones serán mañana, al escuchar aquello me sentí triste pero si pude esperar varios años para verle nuevamente, no pasara nada por esperar un día más.
Cuando nos íbamos a ir unos chicos de mi edad querían que Horio y mi hermano realizaran una apuesta, la cual consistía en que botarán una lata con solo tres intentos y si lo hacían ganarían dinero, pero aquello era un total timo, pues la lata contenía piedras. A pesar de que aquello era una evidente estafa, Ryoma logró botar aquella lata sin fallar.
Este incidente llevó a otra situación inesperada, el chico con el que se había chocado Ryoma hace unos minutos regañó a los chicos de la apuesta y pidió a Ryoma que lo enfrentará en un partido, esto se volvía cada vez más interesante. El chico misterioso era Momochiro Takeshi, pero le gustaba que le dijeran Momo.

ESTÁS LEYENDO
El hilo rojo que nunca supimos
Fiksi PenggemarDespués de años sin verse, ella decide hacerle una pequeña sorpresa pero no todo es tan feliz como ella le hubiera gustado que fuera, nuevas rivalidades se crean y lo más importante el pasado afectará de una manera jamás vista. ¿Las nuevas amistades...