Capítulo VII: Juntos de nuevo

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Los días pasaron y solo me encargaba de estudiar y planear los entrenamientos de los chicos con Inui-senpai, una parte lamentaba nos encontrar el tiempo suficiente para reunirme con Fuji y estar los dos solos, pues desde mi regreso solo nos hemos visto en el club y no habido más que un hola e instrucciones de mi parte para que mejore sus habilidades.

— Qué dices Ryoma

— Yo...

— ¿Ryoma podemos hablar? – le toco el hombro – es algo importante y no puede esperar

— De acuerdo

— Disculpen chicos, lo necesito por unos minutos

— No se preocupe senpai – Me dijo sonriente Kachiro

— ¿Qué pasa (T/n)? – Me preguntó Ryoma cuando ya estábamos bastante alejados

— Escuche que te estaban invitando a salir

— ¿De eso querías hablar?

— Si, necesito aceptes la invitación

— ¿Eh?

— Mientras los escuchaba creí que sería una buena oportunidad para salir con Fuji, no hemos podido ponernos al tanto debido que nos encontramos ocupados con el club

— No entiendo porque necesitas ayuda – me miro sin entender – puedes coordinar un tiempo para este fin de semana o el siguiente, ya que esta casi todo listo

— Sabes que papá suele ser bastante insistente y si se entera que salí con Fuji se volverá loco, sabes que es bastante celoso. Déjame evitar el caos por ahora ¿Sí?

— Suspira – bien

— Gracias, vamos que nos esperan

— ¡Llegaron! – Exclamó Horio al vernos

— Lamento la espera

— No se preocupe senpai, estaba invitando también a los demás a las canchas mañana – me explico Kachiro – y bien Ryoma, ¿tú también aceptas ir?

— Si

— Qué bien, senpai usted también está invitada a ir a las canchas a jugar tenis

— Muchas gracias Kachiro pero tengo planes para mañana

— Entiendo, no se preocupe

Mientras se pasaban la dirección del lugar, yo le enviaba un mensaje a Fuji diciéndole que saliéramos ese día para ponernos al tanto. Esperaba con ansias una respuesta afirmativa, quería pasar tiempo a solas con él.

[...]

Al día siguiente salí junto a Ryoma y nos separamos en una esquina, me despedí de él y emprendí camino hasta el parque donde jugaba con Fuji en ese entonces. Me senté en una de las bancas y en un par de segundos ya tenía unas manos tapándome los ojos.

— Fuji – Lo reconocí en un instante

— Hola – Me saludo después de quitar sus manos de mi vista

— Te ves bien – Le dije de manera sincera al verle

— Gracias, tu tampoco estas nada mal

— Sonríe – Gracias

— Creo que tenemos mucho de qué hablar

— Cuéntame cómo es allá, como fue tu vida en el extranjero

— ¿Eh? – Dije desconcertada

— ¿Creías que te iba a preguntar porque dejaste el tenis? No te voy a negar que tengo curiosidad y que estoy preocupado, es un deporte que te gusta pero si no me lo has dicho es por algo y quiero respetarlo, te esperaré hasta que estés lista

La razón nadie lo sabe a excepción de Ryoma, pues él se encontraba ahí cuando todo explotó, aunque sé que mis padres sospechan del motivo no comentan nada y me dan mi espacio, al igual que Fuji en este momento.

— En qué piensas – Tomo mi mentón para que lo mira

— En nada – aparte la mirada pues a veces acciones como estas me ponían nerviosa – solo que... sigo sin creer que sigamos en contacto

— Te di mi palabra esa vez... ¿Los has ido a visitar?

— Si, unos dos días después de que Ryoma recibiera el uniforme de titular

— ¿Cómo te sientes?

— Oye se supone que los dos nos debemos poner al tanto, no solo debo hablar yo

— Ya te he contado todo, aunque tú eres un misterio

— ¿Un misterio yo? Qué hay de ti, tus compañeros no dicen lo mismo, por la boca de Inui-senpai supe que tus datos son difusos por decirlo de alguna manera

— Sonríe – ¿Mis compañeros? Te recuerdo que también son tuyos, que no juegues en la cancha no significa que no seas parte del equipo

— ¿Tú crees?

— Por supuesto — me abraza – (T/n) te extrañe mucho, estaba preocupado cuando te fuiste

— Fue bastante duro, pero ya volví y no creo irme en mucho tiempo

 — Se separa de mi – vayamos a comer algo, yo invito

— Fuji...

— Alto ahí – me detuvo – no aceptaré una respuesta negativa.

— ¿No hay manera de hacerte cambiar de idea?

— No

— Sonrío – está bien, solo por hoy

Nos levantamos del asiento y encaminamos a un restaurante que estaba algo lejos de nuestra localización. Al llegar, un señor de unos treinta años nos saludo cordialmente y Fuji le comento que había reservado una mesa, ante ello el caballero reviso en su lista por unos minutos hasta que encontró a Fuji.

El lugar se notaba elegante pero tampoco en exceso y podía notar que era un lugar caro, no solo por los detalles del establecimiento sino que también porque Fuji evito que viera los precios de aquel hermoso lugar.

— No puedo creer que reservaras una mesa

— Hace tiempo que no comemos juntos y quería que fuera especial, aunque mi hermana desde que le conté que regresaste espera comer juntos de nuevo

— Iré algún día de estos, les debo mucho

— No debes nada

Así pasó el día compartiendo como lo era en los viejos tiempos, cuando solo éramos unos niños que no sabía mucho de la vida. Me gusto pasar en compañía de él, es un chico bastante interesante y con amigos bastantes peculiares, al parecer me espera una gran estadía aquí en Japón.

 Me gusto pasar en compañía de él, es un chico bastante interesante y con amigos bastantes peculiares, al parecer me espera una gran estadía aquí en Japón

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El hilo rojo que nunca supimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora