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°Elizabeth.

Aun correspondiendo el beso, note que este empezó a abrazarme fuertemente, ¿Por que Me beso?...¿Por que demonios le correspondi?...Cielos, era mi amigo, era muy absurdo hacer eso...me separe de aquel beso y lo mire algo seria y confundida, este me miro con su cara sonrojada, y rápidamente se disculpo conmigo...Dios...¿que eh acabado de hacer?, solté un leve suspiro sin responder aun y tome mi mochila que estaba en el mueble, Marcos tomo mi mano y se puso delante de mi, impidiendo que me retire...

—¿Es enserio?—dije algo molesta.

—Liz, enserio disculpame por lo que paso hace poco, estoy muy raro últimamente...

—Marcos ya, sabes bien quien me gusta y Lucy te lo contó... ¿por que haces esto?

—Liz eres tonta o que?

—¿A que viene eso?...—dije impactada por su pregunta.

—Aquel Nicholas te esta utilizando, ¡no lo entiendes?, creeme no es genial enamorarse a distancia, ni siquiera lo conoces...¿como demonios te enamoras de un extraño? Puede ser un maldito que se puede hacer pasar por un chico? ¿Que te pasa?—dijo entonces tomandome de los brazos.

—Y-yo...Marcos sueltame, eres mi amigo y entiendo tu preocupación, pero no hay razón para que me tomes de esta manera y me retes como una niña de 6 años.

—Liz, te amo...

—¿Que?

—Te amo y no quiero que un infeliz que ni siquiera esta a tu lado te ilucione y después se salga con la suya...

—Marcos estas bromeando, lo siento solo eres un amigo, no puedo corresponder tu amor...

De pronto mire que su rostro se torno de un color pálido, sus manos resbalaron de mis hombros hasta llegar al extremo de soltarme, pronuncie su nombre pero este solo me miro algo triste...me acerque a el pero el solo retrocedió y me dijo que debería ir a casa, sentí la ira recorrer por mi cuerpo, nunca había sentido tanta culpa hacia mi misma y las ganas de golpearme, salí rápidamente de su departamento y fui a mi casa caminando, no quería ni un taxi, o un transporte, solo quería caminar y desfogar toda la ira que llevaba dentro de mi, sentía pena de Marcos, ¡maldita sea!, por que Nicolás entro en mi vida...

—¿Y ahora? Apuesto que Marcos me odiara y no querrá ser mi amigo una vez más...

Susurre y de pronto finalmente llegue a mi casa, demonios, no podía entrar de esta manera, note que llevaba puesto el vestido del dia anterior, si mi madre o mi hermano me descubrirían con esto puesto, de seguro ya seria chica muerta.
No tenía opción, mi única salvación seria treparme el muro y luego trepar la pared para llegar a mi dormitorio, lo vi pan comido, lo hice y obviamente tuve éxito, entre a mi dormitorio por la ventana y tire mi mochila al suelo, maya me miro entrar y vino hacia mi moviendo su pequeña cola...

—Hola pequeña, ya regrese jeje—esta me movió su colita y yo fui a ducharme para quitarme todos los olores que llevaba conmigo, valla noche la que tuve...

Al terminar de bañarme, me puse mi toalla y arregle las cosas que había traído, las acomode en sus respectivos lugares y por fin me puse mi pijama, me acoste en mi cama, solte un tremendo bostezaso, oh por dios, tenía demasiado sueño, así que pensé que no me vendría mal una siesta, cerré mis ojos y me quede dormida...

Una vida sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora