D o c e: Peleas y un Hyun eufórico.

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—Señorita—llamo la maquilladora—, no puede estar aquí.

Frunció el ceño ante su sonrisa tensa y la manera en que sostenía el borde de sus ropas, evito rodar los ojos entregando una sonrisa amable y bonita a la mujer antes de borrarla con rapidez, dejando la agria expresión que hablaba por si sola.

—No se preocupe por mí y haga su trabajo—contesto con malicia—, pero si no le gusta lárguese.

Noto como por la respuesta Hyun giro el rostro provocando que la mujer cual le acomodaba el maquillaje frunciese el ceño, y Kris alzara los ojos de su celular para observarla. Nuevamente estaba siendo grosera pero aquella mujer le crispaba los nervios por su obsesión al querer alejarla de los chicos.

Aquella tarde se encontraban preparándose para el concierto, por ello la sala estaba atestada por los compañeros de Hyun, Kris y ella se encontraban allí porque su amigo había rogado una y otra vez hasta que las arrastro allí, alegando que era la mejor manera para que finalmente les perdonara –debido a que seguía molesto porque dejaron Corea solo por su pequeño accidente donde se desmayó por exceso de trabajo (aunque estaban seguras de que solo lo hacía por abandonar estudios y trabajo, pero se encontraba feliz de haberle priorizado)–, desde que aceptaron y se internaron a la sala aquella mujer seguía molestándola una y otra vez.

Por supuesto, aquella no era la primera vez que estaba en una sala como esa.

Y no sería la última.

— ¿Estas en esos días, Kou? —cuestiono divertido Kai ganándose una mala mirada.

— ¿Acaso ni siquiera has podido encontrar un buen polvo? —Hizo un falso puchero, malhumorada— Supongo que tu mano no logra salvarte de esta.

Los chicos rieron mientras que Kris soltaba un silbido divertido, y Hyun rodaba los ojos con una burlona sonrisa. El objetivo de las risas puso los ojos en blanco y cerro la boca, permitiendo que le siguieran poniendo el maquillaje.

Al pobre le habían prohibido las compañías nocturnas por un tiempo debido a que tenía a la prensa encima.

—Ya lo sé—murmuro Kris al dejar caer su cabeza en el regazo femenino, sin despegar los ojos del juego que probaba en su celular— ¿quieres hablar de eso nena?

—Uh...

—Está bien—comento ante la falta de respuesta— ¿Quieres que después hablemos de mi prometido? No sé mucho de la cosa.

Agradeció que tratara de distraerle del verdadero problema; Park Jimin seguía estancado en su pecho, clavándole agujas cada que pensaba en él. Había pasado un día, y después de aquel concierto saldrían en la madrugada del día siguiente a Corea, por supuesto acompañada de los chicos quienes por la sobre exigencia de Hyun descansarían un tiempo.

—Despues ¿sí?

—Bien.

Peino el cabello rubio y suave de Kris detallando la ligera sonrisa que nacía en sus labios, realmente no le conto cosa alguna a su amigo, y no era necesario; él tenía su manera para enterarse de todo, en ocasiones incluso podría delatarse tan fácilmente ante quienes la conocían, como en otras que nadie notaria lo que le sucede.

—Parece que pronto tendrás que acompañarme de nuevo.

Los ojos grises de su amigo se clavaron en los suyos.

—Sabes lo que pienso de eso—soltó con suavidad mostrando severidad en sus orbes—, pero nunca te dejaría sola.

Sonrió ante sus palabras y siguió peinando su cabello, abrió los labios para hablar pero un chillido de molestia le hizo tensarse por un segundo antes de que Kris fuese empujado fuera de su regazo y Hyun acomodara su trasero allí, abrazándole por los hombros.

Sweet Dream [Park Jimin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora