Prologo: A primera vista.

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Inspiro hondo recibiendo el aire salado y frio en sus pulmones, con el culo enterrado en la arena y la vista en las olas. Jimin giro la cabeza a un lado, observo la playa; no había nadie, hizo lo mismo de otro lado y el resultado fue el mismo.

Por supuesto, a tales horas de la noche, y con el frio era de esperarse la soledad en la playa, todo el mundo se encontraba en la casa vacacional de Jungkook, a unos cuantos metros de donde él se encontraba, porque a diferencia de todos quería buscar tranquilidad.

Asistió a la fiesta por sus amigos y su hermana, también sabía que era sano encontrarse en un entorno con personas y socializar. No podía, con sus amigos era distinto, pero ya en ese tipo de hábitat no se sentía cómodo.

No por el momento.

Tomo la botella de vodka y dio un trago largo cual quemo su garganta, rio embobado por el eco del mar y la música.

Estaba tan mal, tan perdido, tan idiota.

Hizo una mueca, sabía que estaba dando mucha pena pero no importaba, su corazón dolía. Una vibración atrajo su atención, con un suspiro resignado registro su bolsillo, sacando el celular con torpeza y observando la llamada entrante.

—Eun Bi—mascullo, suspirando sintiendo un ligero temblor, los nervios y tristeza emergieron con más fuerte.

Ella se preocupa tanto por él, dudo demasiado antes de responder, para su lastima la llamada termino antes de que su dedo tocara la pantalla. Hizo una mueca, se pondría furiosa por no responderle, después de pegarle seguramente le daría galletas y le pediría que le contara todo, para así ayudarlo.

El celular volvió a vibrar y contesto con rapidez y torpeza, llevándose el celular a la oreja.

—Disculpa p-por no responderte Eun...

—¿Jimin? —su voz se desvaneció ante la voz femenina, totalmente distinta a la que esperaba. Como si un balde de agua fría hubiese caído sobre él, sus músculos se tensaron, apretando el celular.

—Adiós—soltó de inmediato, sin vacilación y con una serenidad extraña para su estado actual—, no me llames de nuevo.

La escucho replicar pero no le importo, corto la llamada. Frunció el ceño y guardo el celular, tomando la botella y se puso de pie.

Necesitaba un descanso.

Se detuvo, totalmente congelado al divisar a una persona dando saltos y pasos torpes a orillas de la playa, tocando el agua –cual seguramente estaba helada –, parecía bailar, jugando con sus manos al dibujar formas invisibles en el viento.

Un cabello largo hasta la mitad de su espalda de un color azul oscuro, cual al tener la iluminación de la luna adquiría un tono más claro, sonriendo con una intensidad que lo hizo sentarse de nuevo, observándola embobado.

Parece—pensó, dudando—fuera de este mundo.

Una extraña chica bailando a las orillas del mar en una noche de Busan, riendo como si fuera lo más maravilloso del mundo, ignorando su alrededor más que ese pesado de paraíso que mantenía en su cabeza.

Parpadeo, inspirando hondamente cuando ella se detuvo, observando el cielo y dándole la espalda, avanzando lentamente hasta que el agua llego a sus rodillas, embelesado, como si estuviese viendo alguna alucinación, avanzo gateando, peleando con él mareo para observarla más de cerca.

Debe ser un sueño—comprendió—, es un dulce sueño que me saca de la miseria. 

La chica soltó una carcajada, cautivándolo y dio una patada alta por simple diversión costándole su equilibrio. Una alarma se formó en su cabeza y sus movimientos fueron totalmente instintivos; se puso de pie y corrió.

—¡Cuidado! —grito, con la voz ronca tratando de atajarla.

La chica se sobresaltó, sorprendida y asustada. Logro agarrarla pero su borrachera le jugo en su contra y ambos cayeron al agua helada. La sal se le metió en los ojos y nariz, inmediatamente se irguió al tocar el fondo y termino sentado, con el agua alcanzando a la mitad de su abdomen y aun sujetando a la chica.

—¡Oh, por dios! —grito ella sobresaltándolo, provocando que la apretara—¡Ohpordiosohpordiosohpordios!

Jimin se rio, dejándola tiesa y logrando que se callara inmediatamente. No pudo evitarlo, la reacción histérica de la hermosa chica logro alejar la amargura y provoco que la risa burbujeara en su garganta, logrando escapar.

—Lo siento—dijo Jimin, avergonzándose. Se puso de pie, llevándola consigo sin soltar el brazo que sujetaba su cintura, al ponerse de pie, sin importarle la rigidez de la chica camino hasta a orilla y la soltó suavemente—, lo siento—repitió, más bajo— yo no quería asustarte, estaba perdido.

Se alejó, girándose con cuidado y dándole una mirada llena de desconfianza. Estaba hecho un asco, lo sabía y lo peor fue la situación aún así no pudo evitar quedarse sumamente quieto cuando el rostro de ella se relajo y le sonrio con cordialidad. Su cabello se pegaba a su rostro, la camisa ancha negra cual se veía grande resalto su figura y bermudas.

—¿Estas bien? Creí que no había nadie—comento incomoda, el asintió.

—Si—sonrió amigable—, estaba sentando por allí, viendo el mar—se encogió de hombros tras señalar donde se había encontrado— ¿Y tú?

Jimin rio, encantado y borracho.

—Yo no, lo siento—hizo una mueca—, eres adorable.

Volvió a reír y cuando ella sonrió le dio vértigo, el mundo giro y solo detallo la preocupada expresión de la chica cuando el mundo se le vino encima. Tambaleo y la arena lo recibió con gusto, provocando un punzante dolor.

Gimió, girando el rostro a la derecha al ver que la chica se había agachado y le movía por los hombros, sonrió embobado, con el alcohol haciendo estragos en su cuerpo.

—Oye—murmuro con voz ronca—¿Quieres saber algo interesante?

—¿Qué cosa? —Frunció el ceño— ¡Espera, eso no! ¿Estás bien? ¿Cuánto has bebido?

—Demasiado—hizo una mueca—, estaba aquí, dejándome caer en miseria y estupidez, pero apareciste tú y como una brisa de verano detuviste mi mundo, llenándome de vida y con tu sonrisa, como que iluminaste el mundo en ese instante.

Su vista se volvió nubosa y ella hizo una ligera mueca, comenzó a revisar su chaqueta provocando una risa divertida y casi chiflada.

—Tengo buen culo, pero tampoco para hacer eso—la chica frunció el ceño, y soltó un resoplido, golpeando su hombro. Se quejó y ella inmediatamente se disculpó, dando con su celular lo saco lo más rápido que pudo y lo miro fijamente.

—¿Tienes a alguien a quien llamar para que te cuide? —pregunto, con cuidado.

—Si—soltó—, mi hermana menor está en una fiesta a unos cuantos metros de aquí.

— ¿Tu contraseña?

Hizo una mueca y evito vomitar.

—No sé—sintió la bilis e hizo otra mueca—, ya me estoy yendo—rio—. Dile a Noona Eun Bi que Chimchim ha muerto feliz con una linda chica.

— ¿Ah? —Exclamo— ¡Oye, no te duermas! Mierda, ahora tengo un cadáver.

Rio ante sus últimas palabras, y se deleitó con la voz femenina. Estaba loco, lo sabía pero no importo, en ese momento se sentía tan bien que se dejó llevar por la temporal tranquilidad de su corazón.

Sabiendo que, al día siguiente se avergonzaría, y ya habría dado un nuevo paso para salir de su miseria, y la causa sería una brisa de verano proveniente de otro mundo.

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Sep, amo este prologo.
¡Bienvenido, jovenes alma a otro fanfic!  Aunque no pensaba subirlo, aún, una amiga me dio el empujoncito para hacerlo.
Aquí Sweet Dream, una historia extraña y que espero que os deje perdidos, porque tendra sus misterios, vueltas y falsos caminos.
Por otro lado...  El chimchim esta bien cute borracho :'3 <3
Nos veremos pronto, lo prometo xD.

Sweet Dream [Park Jimin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora