Loving You Is Easy ♡

Capítulo III

Capítulo lll
-Hija,hay un chico en la puerta, dice que se llama Austin y que necesita decirte algo urgente, ¿Lo conoces?
-Sí, hablaré con el
Bajé las escaleras y lo vi, tengo que admitir que empezaba a gustarme un poco, "pero no _____ no puedes andar con Austin el es un presumido y engreído . " Pensé
-Hola-me dijo con voz ronca y sonriendo.
-¿Qué quieres? - le dije poniendo los ojos en blanco y con un tono de enfado.
-¿Podemos hablar en un lugar más privado?, ¿podría ser en tu cuarto?
Solté una carcajada llena de sarcasmo.
-Ni lo pienses.
-Está bien- me dijo- vayamos a un parque. ¿Hay alguno cerca de aquí?
-Es muy tarde para ir a un parque, dímelo aquí, nadie nos escucha.
-Mmm, ¿podemos ir allá?- dijo señalando un callejón cercano.
-Bueno, pero que sea rápido por favor.- dije caminando hacia el callejón.
Caminamos hacia allá y al estar ahí, Austin me tomó de ambas manos y me miró a los ojos, después comenzó a hablar.
-Mmm, pues, tú sabes que apenas hace algunos días que te conozco, y pues tal vez es muy rápido para decirte esto, pero realmente no puedo aguantar más- dijo nerviosamente.- Sólo quería decirte que.....
-Austin tú y yo sólo somos amigos y eso nunca va a cambiar- interrumpí- y si eso era lo que querías decirme, pues ya lo dijiste, así que es mejor que me vaya a mi casa y tú a la tuya.
-Espera, sólo dime una cosa, ¿Por qué no me amas?
-Porque aún es muy rápido y además no quiero comprometerme en una relación todavía.- dije seriamente.
-Ámame- dijo con firmeza.
-No lo haré, jamás.
-Pues yo haré que lo hagas.
Y diciendo esto, me recargó suavemente contra la pared y me tomó de la cintura, bajando sus manos lentamente hasta mi trasero, después comenzó a besarme con ternura, pero yo no quería eso y lo empujé.
-Austin, por favor, yo quiero que seamos amigos, y si haces esto dejaremos de serlo.
No respondió y se acercó a mí, volvió a hacer lo que había hecho antes y empezó a besar mi cuello, mordiéndolo un poco, mi cuerpo sintió una gran sensación de satisfacción y esta vez ya no pude resistirme, él había ganado y esto ya no tenía vuelta atrás. Dejándome llevar, siguió besando mi cuello hasta llegar a mi boca, mientras apretaba mi trasero, después me mordió el labio inferior con un poco de fuerza. Soltó mi trasero y metió sus dos manos por dentro de mi blusa y comenzó a tocar mis senos suavemente, mientras me besaba apasionadamente. Yo realmente lo estaba disfrutando y no pude evitar desabrocharle la hebilla del pantalón, y meter ambas manos, comencé a sentir su p*ne por encima de sus bóxers, era demasiado grande, pesado y estaba muy caliente. Comencé a masajearlo lentamente, tocando su glande que por cierto era muy grande y rosado, y él comenzaba a tener contracciones de excitación.
-Te amo- me dijo con una mirada erótica.
-Yo también te amo- dije mientras seguía masturbándole el p*ne. Después él me levantó la blusa y el sostén, y comenzó a besar mis senos y morder mis pezones. Cuando vio que comenzaba a dolerme, abrió el cierre de mi pantalón y metió su mano a mi ropa interior, estimulando mi clítoris, haciendo que me retorciera de excitación, después sacó su p*ne por sus bóxers, el cual palpitaba mucho y estaba demasiado caliente, tenía intenciones de meterlo por mi vag*na pero ahí me di cuenta de lo que estaba haciendo y reaccioné.
-Detente- dije agitada.- no sigas más, por favor.
-¿Qué pasa? ¿No te gusta?-dijo preocupado.
Volteé a mirar su p*ne erecto, deseaba meterlo a mi boca.
-No, no es eso, es sólo que... Todo esto fue un error- dije arrepentida-nunca debió haber pasado.
-¿Por qué lo dices? Dijiste que me amabas, ¿No lo recuerdas?- dijo guardando su p*ne en su pantalón.
-No pensaba lo que hacía en ese momento, me dejé llevar.
-¿Así que no me amas? ¿No deseas a Clark?- dijo refiriéndose a su p*ne.
-No, no te amo, lo siento.
Él volteó hacia otro lado con tristeza.
-Está bien, sólo recuerda que estoy aquí para lo que ocupes, y si cambias de opinión puedes decírmelo- dijo sinceramente- Te amo, y nunca lo olvides.
Se despidió de mí con un ligero beso en los labios del cual no pude escapar, después, se fue.
Yo volví a casa y mis padres estaban dormidos, fue un alivio saber que no vieron nada, estaba muy cansada y me fui a dormir.
A la mañana siguiente mi mamá estaba despierta desde muy temprano y parecía que hacía una maleta. "Otro viaje de negocios" pensé. Se acercó a mí con una sonrisa y dijo:
-Hija, tu padre y yo tenemos una sorpresa para ti.
-¿Cuál?- dije con muy pocos ánimos ya que todas las "sorpresas" que me daban, eran tontas.
-Pues, verás, como tú sabes, él y yo tenemos un viaje de trabajo que dura un mes, así que para esta vez no te quedes en la casa, te reservamos todo un mes en la playa para ti sola, sin que nadie te moleste, debido a los esfuerzos que has tenido todo este año.
Me quedé atónita, nunca habían hecho algo así por mí, así que estaba algo feliz.
-Y, ¿Qué día me voy?
-Te irás hoy, llegará un autobús a recogerte.
-Bien, haré mi maleta.
Subí a mi habitación y metí todo lo necesario a mi maleta, para que no me faltara nada, al cabo de unos minutos, se oyó el claxon de un auto, que era el autobús en el que me iría.
Bajé con mis cosas y me despedí de mis padres.
-Iremos a la playa donde tú estarás, cuando se cumpla un mes y hayamos terminado el viaje, buena suerte, diviértete.
-Adiós, y gracias- dije abrazándolos.
Me subí al autobús, el cual era nuevo, y me puse los audífonos, el viaje duraría unas 4 horas, así que me dormí todo el camino.
Al llegar, pude ver que el hotel era lujoso y nuevo, el botón bajó mis maletas y me condujo a mi habitación, cuando llegamos, la abrió y me dejó pasar y colocó mis maletas en la cama, la cual era grande y parecía cómoda.
-Y si ocupa algo más, no dude en llamarme- dijo el botón al retirarse.
Me acomodé en la habitación y me puse el bikini, eran las 5 de la tarde y el sol comenzaba a ponerse, así que no haría mucho calor, también llevé una toalla y bloqueador.
Bajé al mar y coloqué mis cosas en un camastro, noté que no había tanta gente alrededor. Me dirigí al mar y de todas las personas que había (que por cierto, eran pocas) me llamó la atención un joven que salía del mar con una sonrisa, y parecía dirigirse a mí, no alcanzaba a distiguir quién era, por la tenue luz del sol, pero mientras se acercaba más y más, adiviné quién era y me quedé perpleja.