Loving You Is Easy ♡

Capítulo IX

-Detente- le susurré atónita al ver la imagen que se presentaba ante mis ojos: mis padres estaban sentados en la cama, mirándonos fijamente, y no parecían contentos.
"¡Mis padres!" Pensé, no tenía noción del tiempo al estar con Austin, ya había pasado el mes, y lo había olvidado.
- _____, ¡¿Qué significa todo esto?!- me gritó separándonos bruscamente.
-Una disculpa, señor -dijo Austin con un aire de nerviosismo en su voz.
Mi padre se abalanzó sobre él y rodeó su cuello con ambas manos golpeándolo contra la pared.
-Tú, eres el mismo chico que había preguntado por mi hija, ¡No te le vuelvas a acercar! ¿Me oíste?- dijo mientras lo ahorcaba con demasiada fuerza.
-¡Papá!- grité intentado separarlos, ya que estaba lastimando a Austin.
Pero mi padre me dio un gran empujón hacia el piso.
Austin, al ver esto, intentó levantarme, pero mi padre le dio un gran golpe en la mandíbula, y Austin no tardó en comenzar a sangrar. Yo sólo lo miraba, sin poder hacer nada, estaba hundida entre sollozos, y mi madre me miraba bastante furiosa.
-No quiero que vuelvas a verla, idiota, ¿Entendiste?- dijo mi padre a Austin, amenazándolo con su puño.
Austin no respondía, lo miraba con un tono de odio, pero no de miedo.
-¡Contesta!- dijo soltándole otro golpe.
-Está bien- fueron las únicas palabras de Austin.
-¡Y tú, _____!- gritó mi padre lanzándome una mirada asesina- ¡No te te trajimos aquí sólo para andarte metiendo con el primero que encuentres!
-¡Tú no lo entiendes!- le respondí, con lágrimas recorriendo mis mejillas- ¡Nunca me entiendes!
Mi padre no respondió, y dejó caer a Austin al suelo.
-Arregla tus cosas, _____- dijo mi madre sin dirigirme la mirada- nos vamos.
No contesté, no podía hablar, era demasiada tensión, y un nudo se formaba en mi garganta.
-Lo siento- conseguí decir, intentando no romper en llanto.
No recibí respuesta, y comencé a empacar mis cosas. Mis padres salieron a esperarme afuera. Al terminar, me acerqué a Austin con lágrimas en los ojos, él yacía en el piso, su rostro no demostraba expresión alguna, la sangre le escurría de la quijada, y tenía un moretón en el ojo.
Al verme, levantó la mirada, aún sin expresión, y se quedó contemplándome por algunos minutos.
-Austin, lo siento, en verdad lo siento- dije llorando.
Él se puso de pie y me abrazó.
-No, yo lo siento, debí haberte dejado desde el principio.
-No Austin, no digas eso, te amo- dije rompiendo en sollozos.
-Te prometo que volveremos a vernos- dijo abrazándome- te amo.
Yo ya no podía pronunciar palabra alguna, y lo besé, algunos segundos antes de que mi padre entrara y empujara a Austin lejos de mí.
Mi padre me sacó de la habitación, y, de un momento a otro, todos los recuerdos vividos ahí, se desvanecieron, mientras mi padre me jalaba hacia afuera, yo sólo veía a Austin mirándome, con tristeza, fue lo más doloroso que había sentido nunca, era como si hubieran arrancado algo de mi ser, y me sentía destrozada por dentro.
Tomé mi maleta y caminé en dirección al elevador. Aunque no podía olvidar lo que había pasado, traté de tranquilizame y pensar en otra cosa, pero mientras más lo intentaba, menos podía, de repente, recordé lo que me había dicho Austin "te prometo que volveremos a vernos", confié en él y me tranquilicé.
-Vamos _____, ¿podrías darte prisa?-dijo mi madre esperando en el elevador.
-¡Ya voy!- grité- prefiero bajarme sola.
-Está bien te esperamos abajo-dijo mi madre con un tono de pesadez en su voz.
"¿¡Por qué!?" Me preguntaba, "¿¡Por qué la vida es tan cruel conmigo?!", primero me enamoro, y luego nos separan. "¿Por qué tengo está suerte?" "¿Por qué a mí?" Y las típicas preguntas de "¿por qué a mí? Y ¿Qué hice para merecer esto?" Comenzaron a taladrar mi cabeza como dos martillos, y no podía controlarlo.
Subí al elevador y al llegar a la primer planta vi a mis padres a lo lejos, pagando las cuentas pendientes, a lo cual no presté atención. Hubo algo que me llamó un poco más la atención, a lo lejos, vi algunas enfermeras, y una camilla de ambulancia, después pude notar cómo subían a una persona a la camilla, y la metían a la ambulancia. Mi mente estaba bloqueada entre mis propios pensamientos, así que en lo único que pensé fue en Austin, así que corrí a ver qué sucedía.