Solías llamarme Alaska,
decías que era porque
era fría y frágil como un ice berg.
Podría romperme en miles de pedazos
pero luego estaría bien,
o podría ser tan dura
que jamás notarías todo el dolor
que ocultaban mis ojos.
Solías llamarme Alaska,
decías que era porque
era fría y frágil como un ice berg.
Podría romperme en miles de pedazos
pero luego estaría bien,
o podría ser tan dura
que jamás notarías todo el dolor
que ocultaban mis ojos.