2. El contrato

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Lo mire atentamente ¿Qué clase de trato me propondría?, sus ojos me miraban atentamente entonces lo note ¿Cómo era posible que tuviera una diferencia en su color de ojos? De seguro era un caso extraño, pero no se veían mal, era algo simplemente extraño. Me imagine un perro, si un siberiano. ¡Vaya en que cosas pienso! Si, este muchacho me ha hecho pensar cosas extrañas.

-Marie – dijo mirándome

-Lo siento ¿Qué decías? -  dije mirándolo

-Un trato – dijo sonriendo

-De acuerdo, pero debo saber de qué se trata – dije mirándolo

Él sonrió nuevamente.

-Tu y yo haremos un contrato – dijo el

-¿Contrato? –

-Si, donde aceptaremos tener una relación y casarnos, todo eso solo en dos años – dijo mirándome

Tenía razón, dos años no eran mucho tiempo si pensaba tener mi vida propia sin mis padres llevándome a citas a ciegas.

-¿Cuáles son los términos? – dije mirándolo

-No te debes enamorar de mi – dijo mirándome

-¿Cómo? – dije mirándolo

-Yo soy un hombre que ama la vida – dijo sonriendo

-No nos debemos enamorar para volver a nuestras vidas – dije mirándolo

-Si… eres guapa pero bajita – dijo el

-Vaya… ¿Sabes que puedo chocar tu auto verdad? – dije mirándolo

-¡No! – dijo el con su rostro pálido

-¿Entonces aceptas? – dijo el

-De acuerdo, fingiremos estar juntos tú no te vas a la escuela militar y yo me quedo con mi trabajo – dije mirándolo

-Me parece, ahora vayamos a una notaría – dijo el sonriendo

Comencé a conducir nuevamente, al volver a la ciudad buscamos una notaría para hacer el contrato donde quedo estipulado que luego de los dos años que debíamos permanecer juntos, nos separaríamos para nunca más volver a vernos.

-Es hora de ir a ver a tu padre – dijo Valentín

-¿Por qué? – dije mirándolo

-Debes decirle que me has elegido y a mi padre le diremos lo mismo – dijo el mirándome

-De acuerdo – dije mirándolo

-Debes ser más tierna – dijo el

Su figura alta y delgada al lado mío era realmente diferente yo era delgada pero baja y a su lado parecía ser mucho más pequeña.

Conduje hasta mi casa y mi padre salió rápidamente apenas estacione el auto. Su rostro estaba lleno de felicidad.

-Buenas tardes – dije mirando a mi pare

-Es un gusto conocerlo – dijo Valentín

-Para mí es un placer – dijo mi padre sonriendo

En ese momento Valentín rodeo con su brazo mi cintura en ese momento  me sentí extraña ¿Quién era el para tocarme con tanta facilidad?.

-Me ha gustado mucho su hija – dijo sonriendo

En ese momento con mi mano que había dejado de ser visible, pellizque su espalda con fuerza para que me soltara pero no había manera de que lo hiciera a pesar de eso el continuaba con una sonrisa en el rostro. Realmente me sorprendía la clase de hombre que era.

El ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora